A pesar de no saber quién lo escribió ni cuándo ni dónde, todo el mundo conoce el cuento “Alí Babá y los cuarenta ladrones”

En el cuento aparece una cueva misteriosa que se abre cuando se pronuncian las palabras mágicas “¡Ábrete, Sésamo!”

Se puede decir que es el origen del mecanismo de reconocimiento de voz de la Inteligencia Artificial (IA)

Si queremos escuchar música o buscar información, con una breve orden, la IA lo hace por nosotros. De hecho, ya forma parte de nuestras vidas.

La IA puede ser un excelente intérprete entre un paciente de urgencias y el doctor. También puede ser un gran guía de turismo en el primer viaje al extranjero que realiza un niño de escuela primaria.

Nuestro equipo de producción conoció en el Aeropuerto Internacional de Incheon al robot guía Airstar. Con 1,60 m de estatura y 135 kg de peso, Airstar ayuda a los viajeros a orientarse en el aeropuerto sin cansarse por su trabajo ni pedir aumento de sueldo.

A pesar de lo amable que es Airstar, un estadounidense se muestra cauto y dice: “Espero que no quiera acompañarme hasta el baño”.”

El hombre sufre de soledad en la vida moderna, ¿no podría sentirse acompañado con la IA?

La IA aprende los idiomas y también las emociones humanas. Cuando aprende algo, también aprende a utilizarlo. Todo lo que hay que hacer es... enseñarle bien.

Así que hicimos la prueba. Le dimos un dulce poema de amor y también el fragmento de una novela.

¿Cómo habrá respondido la IA? ¿Se habrá sonrojado? ¿Le habrá temblado la voz?

La IA abarca muchos campos y realiza diversas tareas... Tareas que solíamos hacer las personas. Hasta se ocupa de traducir el Seungjeonwon Ilgi, los diarios de la secretaría real del período Joseon.

¿Qué tareas nos quedan entonces a los humanos?

¿Qué futuro espera a los intérpretes y traductores? ¿Perderán los guías de turismo su trabajo?

¿Llegará el día que no sea necesario aprender idiomas extranjeros? ¿Qué pasará con el coreano?