2013 fue un año de mucha tensión en la península coreana debido a numerosos problemas bilaterales, siendo el más destacable el cierre del Complejo Industrial de Gaesong durante 133 días.
Corea del Norte declaró el pasado 30 de marzo el ‘estado en guerra’ en la península coreana, alegando que el Gobierno y la prensa sureña habían insultado a su patria y dañado su dignidad. En dicha ocasión, también amenazó con clausurar el polígono manufacturero de Gaesong. Previamente, el día 27 ya había cortado de línea de comunicación militar del Mar del Este, a través de la cual se obtenía el permiso para cruzar al otro lado de la frontera.
En medio de esta tensa situación, el 3 de abril, Corea del Norte autorizó la salida de los surcoreanos desde Gaesong, pero no su entrada; mientras que el día 9 retiró a todos sus trabajadores de las plantas productivas, obligando a las empresas sureñas allí establecidas a suspender sus actividades. El repentino cierre de la zona fabril derivó en duros enfrentamientos verbales entre Seúl y Pyongyang, e incluso se aludió a la posibilidad de tomar medidas militares de haber sido preciso.
Con la esperanza de una pronta normalización, los empleados de las empresas surcoreanas permanecieron en Gaesong durante tres semanas más, pese a la escasez de alimentos por el recorte de suministros a causa del cierre fronterizo; aunque finalmente el 3 de mayo tuvieron que abandonar el territorio norcoreano por decisión del Gobierno de Seúl.
Un mes más tarde, el 6 de junio, el régimen comunista propuso mantener una reunión entre las autoridades bilaterales, a lo que Seúl respondió con la celebración de un encuentro a nivel ministerial; esta oferta que no llegó a materializarse debido a la fuerte discrepancia entre ambos sobre la jerarquía de los representantes que pasarían a integrar la ronda de negociaciones.
Tras muchos vaivenes, a partir de julio se convocaron seis reuniones de trabajo para normalizar la actividad del polígono fabril, si bien no se llegó a un consenso hasta que durante la séptima ronda del 14 de agosto, las partes acordaron reabrir el complejo, con la condición de crear un comité conjunto intercoreano, especializado en tratar los asuntos relativos a Gaesong. Así, después de 133 días de cierre, la zona manufacturera volvió a abrir sus puertas. Sin embargo, las dos Coreas no pudieron estrechar sus posturas sobre otros proyectos conjuntos, como la reunión de familias separadas, para lograr así un mayor acercamiento.

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