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El presidente Moon Jae In y el presidente electo Yoon Suk Yeol se reunieron el día 28 para intercambiar opiniones sobre la gestión de Estado. Concretar el encuentro demoró diecinueve días, desde la publicación del resultado de las elecciones presidenciales, el periodo más largo en la historia política de Corea del Sur. La reunión duró 171 minutos, la más larga hasta la fecha entre un presidente en activo y un presidente electo. Sin embargo, no hubo debate a dos y dejaron pendientes para futuras consultas algunos de los temas más controvertidos, como el nuevo presupuesto complementario para cubrir las pérdidas sufridas por el micro y pequeño comercio durante la pandemia, o los nombramientos de cargos clave durante el periodo de transición gubernamental.

En lo que se refiere al traslado de la Oficina Presidencial, Moon afirmó que cooperará con la propuesta de Yoon en la medida de lo posible, enfatizando que ese asunto compete a la próxima administración, aunque enfatizó la necesidad de calcular minuciosamente y con precisión los gastos que conllevará dicho plan. En otras palabras, presentó una postura formal sin compromisos concretos, pues no aludió ni al posible uso de los fondos reservados del Gobierno para la mudanza, ni a la opción de realizar el traslado antes de la investidura de Yoon. 

Tampoco mencionaron una fecha concreta para aprobar el nuevo presupuesto complementario, si bien el presidente actual y el presidente electo coincidieron en la urgencia de su adopción para apoyar al comercio.

Asimismo y según fuentes cercanas tanto a Moon como a Yoon, no hablaron sobre otros temas susceptibles entre la clase política, y también a nivel social, como la posible concesión de un indulto al expresidente Lee Myung Bak ni de la reforma organizativa del Gobierno, que incluye uno de los cambios más controvertidos, como es la supresión del Ministerio de Igualdad de Género y Familia.