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Cultura

Las formas de recrearse en verano

2018-07-25


El filósofo y científico Hong Dae Yong de fines del período Joseon fue un gran amante de la música y del geomungo. El escritor Park Ji won, que escribió el diario de viaje “Yeolha Ilgi” 열하일기, fue invitado por su amigo Hong Dae Yong a un pequeño concierto que organizó en su casa una noche de verano. Park Ji Won quedó tan impresionado que documentó así el evento: “Cuando Hong Dae Yong y Kim Eok tocaron sus instrumentos de cuerdas, Gugong se quitó el sombrero y comenzó a cantar. La noche se hizo profunda y las nubes llegaron de todas partes. El aire caliente se disipó por un momento y el sonido de la música se hizo todavía más nítido. Los asistentes, sentados a derecha e izquierda, se quedaron callados y en vilo, igual que un monje budista que comprende su vida pasada en la antesala de la muerte”. Así describió cómo los presentes en el pequeño concierto se sumergieron en la música. Con el mismo ánimo, les invitamos a escuchar el tema instrumental: 

“La montaña Sangnyeongsan” – Interpretación de Lee Oh Gyu, Kim Gye Hee, Kim Sang Joon y Sa Jae Seong  


El verano debía ser más duro de sobrellevar, pues los trajes cubrían todo el cuerpo y no había ventiladores ni acondicionadores de aire. La tarea principal de la nobleza era dedicarse al estudio y a debatir de política y filosofía. También gustaban de componer poemas y tocar música. Disfrutaban de estos placeres considerados cultos en sus ratos libres, como puede verse en este pequeño concierto de cámara celebrado en la casa de un noble erudito en una calurosa noche estival. El concierto debió ser soberbio, ya que Park Ji Won lo compara con la experiencia de la iluminación de un monje budista. Así como los nobles superaban el calor con música y poesía, los campesinos descansaban de sus tareas en el campo y se refrescaban en los arroyos de la montaña. Por ejemplo, las mujeres de la región meridional se solazaban convirtiendo los cántaros con los que iban a buscar agua al río en instrumentos de percusión. Para ello llenaban el cántaro con agua y dejaban flotar encima un cazo hecho con una calabaza cortada por la mitad, que golpeaban como si fuera un tambor, a la vez que cantaban.

“Dungdeonggi Taryeong”  - Voces de Cho Gong Rye y otros


Uno de los pasatiempos estivales favoritos de los antiguos coreanos era pescar peces en el río para comerlos en guiso y en sopa. Hay una canción folklórica muy rítmica que se transmitió en Seúl y la provincia de Gyeonggido llamada “Días nublados de junio y julio”. Trata de un hombre que va a pescar al río y quiere hacer llegar los pescados a su mujer para que haga un guiso bien picante, así que le encarga ese favor a un muchacho del pueblo que pasa cerca. Sin embargo, en vez de acceder, el chico le contesta así: “Hemos nacido con tan mala estrella que trabajamos como siervos para otra familia. A la madrugada vamos a cortar leña al monte, de día trabajamos en el campo doblados bajo el sol, a la noche fabricamos cuerdas de paja, y antes de irnos a dormir estudiamos un poco para aprender a leer y escribir”. Seguro que al escuchar semejante queja, el hombre se arrepintió de haberle pedido el favor gratis y le dio unas monedas.

“Días nublados de junio y julio” - Voz de Lee Hee Moon

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