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Leche

2012-10-10

Leche
La leche es uno de los alimentos más completos que existen. Por sus altas propiedades nutritivas, es recomendado a niños y adultos. Sus variedades y derivados se consumen ampliamente en todo el mundo y Corea no es excepción. Los coreanos toman mucha leche, en particular los niños, al punto que en el menú de los pre-escolares y las escuelas coreanas se incluye sin falta una ración diaria de leche.

Históricamente, el consumo humano de la leche de origen animal data de hace aproximadamente seis mil años, y de ello encontramos numerosos testimonios en antiguos frescos, libros e incluso en pasajes bíblicos. En las antiguas civilizaciones de Babilonia y Egipto la leche era un eslabón importante de la dieta diaria de estos pueblos y la vaca hembra era venerada como una deidad que simbolizaba la abundancia y la fecundidad. Relativamente más cerca de nuestros días, en el año 47 antes de Cristo, Hipócrates recomendaba la leche como un alimento saludable.
Según registros históricos, en Corea, se empezó a consumir leche de origen animal desde el periodo de los Tres Reinos, o sea, en los primeros siglos de nuestra era.

Durante la dinastía Joseon aparecieron las primeras granjas lecheras, las cuales estaban destinadas a producir y proveer de leche al palacio real y a una selecta clase de aristócratas. Por tanto, su producción e ingesta masiva fue posible recién entrado el siglo XX, cuando un francés introdujo al país la raza de vaca lechera Holstein. Bueno, a decir verdad, hasta hace un par de décadas, la leche vacuna era asequible para una minoría social y era considerada como símbolo de riqueza, ya que hasta la década de los 60, sólo los niños pudientes podían beberla diariamente.
Según el Dongguk Sesigi, Registro de las Costumbres y Tradiciones del Reino del Este, la leche era suministrada a la Corte en ocasiones muy especiales, cuando el rey estaba enfermo o débil. Entonces, los médicos de cabecera le recetaban unas gachas de leche vacuna, a modo de medicina.

Quizás esto resulte incomprensible, máxime teniendo en cuenta lo fácil que es tomar leche en nuestros días. No obstante, en aquellos tiempos, en las dinastías Goryeo y Joseon, la leche era muy preciada y difícil de conseguir. Es que además de que no existían muchas vacas, al ser un pueblo agrícola, la leche vacuna era reservada para los terneros a fin de que crecieran sanos y robustos y pudieran más tarde servir en las tareas de campo. Por eso, beber leche era equiparable a arrebatarle el alimento a los terneros. En la ‘Historia de Goryeo’ se registra que durante el reinado del rey Meongjong, se prohibió el consumo humano de la leche vacuna porque el ordeñado excesivo podía debilitar la salud de estos mamíferos.

Asimismo, en Uwangjeon, libro que registra los hechos más importantes del reinado del rey U (1365-1389), se cuenta que este soberano pasaba por un corral donde ordeñaban una vaca y vio al animal tan debilitado que apenado ordenó a sus cocineras que no le sirvieran más platos a base de leche.
Tiempo más tarde, en la dinastía Joseon, la situación no cambió. La producción y suministro de leche vacuna estaban sumamente limitados a algunas granjas de la provincia de Gyeonggi. Y había una oficina exclusiva subordinada a la cocina real, que se encargaba de recoger, administrar y proveer leche al palacio. La autoridad de recetar y suministrar la leche recaía en los médicos de cabecera de la Corte, pues como decíamos, esta bebida era empleada con fines medicinales. Estas tareas debían ser vigiladas estrictamente, pues de lo contrario, los responsables eran severamente castigados. Sobre esto, encontramos un registro que data del año 1901. El mismo consiste en una apelación al rey Gojong de parte de sus ministros, pidiéndole que destituya de su cargo al administrador de leche por haber sido incapaz de suministrar debidamente este alimento al monarca. Finalmente, el monarca ejerce su magnanimidad, perdonando a los responsables y advirtiéndoles que en adelante tengan más cuidado.

Los tiempos cambian y con ellos también cambian las circunstancias, los valores, las percepciones. Esto ocurre en todos los ámbitos de la vida, incluyendo en sus hábitos alimentarios. Un buen ejemplo, lo hemos visto hoy, con la leche, un alimento que antaño sólo podían beber – y en ocasiones muy especiales – los reyes y altos funcionarios de la Corte, y que con el pasar de los años se fue popularizando hasta ser comúnmente consumida por la población coreana.

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