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El ministro de Defensa de Corea del Sur, Jeong Kyeong Doo, y el jefe del Pentágono, James Mattis, acordaron el 31 de octubre mantener las tropas estadounidenses desplegadas en la península coreana y también el Comando de las Fuerzas Combinadas -aunque en este caso habrá cambios importantes en la gerencia- aún después de traspasar el mando militar en tiempos de guerra del país norteamericano al surcoreano. Así lo concluyeron ambas autoridades en Washington D.C. la quincuagésima Reunión Consultiva sobre Seguridad.

El documento fruto del encuentro se titula “Directrices de Defensa combinada después del traspaso del mando militar en tiempos de guerra”. Se trata de un documento estratégico que establece el marco fundamental para las acciones militares conjuntas entre Corea del Sur y Estados Unidos constatando que uno, las tropas estadonidenses permanecerán en territorio surcoreano aún después de transferir el control militar, dos, mantendrán el Comando de las Fuerzas Combinadas con el mismo estatus que actualmente, y tres, el cargo de comandante de las Fuerzas Combinadas lo ejercerá un general surcoreano y el de subcomandante un general estadounidense.

En realidad, más allá de su impacto político-militar, el primer efecto de este documento fue atenuar la polémica y la preocupación sobre la posible retirada del Ejército estadounidense tras la recuperación del mando militar en tiempos de guerra por parte de las Fuerzas Armadas surcoreanas.

Otro punto a destacar es que con las directrices acordadas por Jeong y Mattis, el caso de Corea del Sur viene a ser la primera y hasta ahora la única excepción a la llamada “teoría Pershing”, derivada del pensamiento del general John Joseph Pershing, que consiste en que las fuerzas estadounidenses -al ser las más poderosas del mundo- no estarán nunca bajo mando de militares de otras nacionalidades. Y es que como ya mencionamos, una vez transferido el control militar al Ejército surcoreano, un general de esta misma nacionalidad liderará el Comando de las Fuerzas Combinadas, y tendrá como subordinado a un general estadounidense que ocupará el cargo de subcomandante.

Ahora, en cuanto al proceso por el que el mando militar en tiempos de guerra pasará de nuevo a Corea del Sur, se informa que los ministros de Defensa firmaron a la vez otros documentos marco para concretar los preparativos pertinentes. Estos son la primera revisión del Plan de transición, condicionada del control operacional, la enmienda al memorando de registro sobre futura estructura de mando militar y los términos de referencia y relación entre el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur, el Comando de las Fuerzas de las Naciones Unidas y el Comando de las Fuerzas Combinadas surcoreano-estadounidenses. 

Por lo pronto se especula que el calendario de transferencia del mando militar tendría como objetivo concluir dicho proceso en el año 2022, antes de finalizar el mandato del actual presidente surcoreano Moon Jae In.