ⓒYONHAP News

En un intento de resolver el problema la baja natalidad, el Gobierno ha decidido realizar un cambio de paradigma. ¿En qué consiste la nueva estrategia?

Al ver que las políticas implementadas hasta la fecha, como simplemente alentar y pagar incentivos a los jóvenes para que tuvieran hijos, no han sido muy efectivas, ahora cambiará de estrategia para intentar forjar una sociedad sostenible y feliz para todas las generaciones. La esencia está en dar a la gente la esperanza de que uno puede seguir siendo feliz, sin renunciar a su calidad de vida, aún optando por casarse y tener hijos. Asimismo, intentará consolidar la igualdad de género tanto laboral como familiar, para reducir la carga que pesa sobre las mujeres en cuanto al embarazo, el parto y la crianza de niños. Además, intentarán evitar que las mujeres terminen perdiendo el empleo debido a la maternidad. Y de modo complementario, creará empleo estable para los jóvenes, a los que ofrecerá viviendas para que se vean en condiciones de formar una familia y tener hijos.

¿Qué ha llevado al Gobierno a dar un giro en sus políticas de natalidad?

En primer lugar, como comentabas, las medidas implementadas en el marco de tres planes maestros quinquenales desde 2006 hasta la fecha para fomentar la natalidad no han dado resultados sustanciales. Por ejemplo, el número de nacimientos en el tercer trimestre del año fue de 84 mil, la cifra más baja desde que comenzaron a recopilar datos relacionados. En segundo lugar, el Ejecutivo intenta reflejar los resultados de un sondeo sobre concienciación popular ante la baja natalidad y el elevado envejecimiento realizado en octubre de este año. Tras analizar los resultados, un 93% de los consultados abogaron por hacer una transición política del pago de incentivos por nacimiento a elevar la calidad de vida. En concreto, aludieron a fomentar la reconciliación entre trabajo y familia, y a mejorar el entorno habitacional.

¿Y qué otros problemas al respecto destacaron los encuestados?

Principalmente, destacaron la necesidad de establecer un sistema de cuidado infantil fiable, de rebajar el riesgo a perder el empleo por matrimonio o parto, en el caso de las mujeres, y también los elevados precios de las viviendas, entre otros.