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Aldea Folclórica Seongeup

2019-02-04

Corea a Diario

© Seong-eup village

Con una superficie poco menos de dos mil kilómetros cuadrados, Jeju es la isla más grande y bella de Corea del Sur. A pesar de hallarse a tan solo una hora de vuelo desde Seúl, cuenta con un ambiente totalmente diferente: tiene un clima subtropical. Las huertas de mandarinas reemplazan a las grandes fábricas y a los rascacielos que abundan en la capital. Las viviendas tradicionales y las calles pacíficas, decoradas por árboles y muros de piedra, hacen pensar que en esta isla el tiempo ha pasado más lentamente que en otras partes de Corea. Esta impresión se puede percibir en cualquier punto geográfico de Jeju, pero sobre todo en la Aldea Folclórica Seongeup.  

Haciendo un poco de historia, entre los años 1410 y 1914, cuando la isla estaba subdivida en tres áreas jurisdiccionales, la localidad de Seongeup fue la capital de la región este de Jeju por casi 500 años, y por eso alberga importantes construcciones como un castillo u otras instituciones gubernamentales. En 1984, fue designada como aldea folclórica y desde entonces ha sido protegida en su totalidad para conservar las tradiciones. Por eso a día de hoy preserva el aspecto de la antigua Jeju y cuenta con numerosos patrimonios culturales, entre los que destacan las casas antiguas, una escuela confuciana, el molino de piedra redonda ´Yeonjabanga´ y las ruinas del castillo, entre muchos otros.     


© Seong-eup village

Ubicado al monte de Hallasan, la Aldea Folclórica Seongeup es museo al aire libre y también residencia real. El pueblo en su totalidad parece sacado de un cuento infantil tradicional. A lo largo del sinuoso camino de tierra se observan casas tradicionales con techo de paja rodeadas de ‘doldam’, muros de piedra que sirven para separar las viviendas y protegerlas de los fuertes vientos que soplan en la isla. 

La mayoría de las casas pueden visitarse, pero primero deben fijarse en los portones de la entrada, pues según la forma en que están colocados los palos, indican si pueden pasar o no. Por ejemplo, si hay tres palos colocados en su sitio cerrando el paso significa que no nadie hay en casa, por lo que no deberían entrar. Si hay dos en el suelo y uno colocado, quiere decir que aguarden ya que regresarán en un rato; y si están los tres en el suelo indican que pueden pasar. 

Caminando por las callejuelas para explorar las maravillas de la aldea, encontrarán estatuas alargadas llamadas ´dolharubang´, que representan a los abuelos o mayores de la isla, dándoles la bienvenida. Son considerados como dioses que ofrecen protección y fertilidad, y según cuenta la leyenda, a quien toca la nariz de dolharubang le será concedido un bebé varón, y quien toque las orejas tendrá una niña. 

Asimismo, en la Aldea Folclórica Seongeup podrán encontrar árboles viejos de más de 500 años de edad, designados como tesoros naturales y, por supuesto, conocer y experimentar la cultura y el arte folclóricos, que siguen siendo conservados y practicados por sus habitantes. Son como retazos del pasado traídos al presente... En un encantador lugar rebosante de historia y cultura. 

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