© MONAMI

Establecida en 1960, la empresa fue fundada con el nombre Kwangshin Chemicals, especializada en materiales de distintos tipos de pintura, hasta que en 1963 presentó el modelo Monami 153, el primer bolígrafo de tinta de aceite de Corea que revolucionó el mercado de la papelería en el país. El nombre de la empresa proviene del francés “mon ami” que significa “mi amigo”. De hecho, su bolígrafo Monami 153 se ha convertido en el amigo imprescindible de los coreanos al escribir. Las primeras dos cifras aluden al precio de entonces, 15 wones y el 3 a ser el tercer producto fabricado por la empresa, tras las acuarelas y pintura pastel. Aún hoy en día, el boli de Monami es uno de los más representativos del país. 

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Antes de aparecer el bolígrafo de Monami, la mayoría de las empresas y entidades gubernamentales usaban plumas estilográficas para escribir, por lo que no fue fácil cambiar esa costumbre de la noche a la mañana. Las inversiones publicitarias y constantes esfuerzos por mejorar el producto, fueron el secreto del éxito de esta empresa coreana. El Monami 153 se compone de cinco partes: el cuerpo con forma hexagonal, la bola, el pulsador, el clip y la tinta. Otras ventajas del bolígrafo son su diseño práctico, precio económico y larga durabilidad para escribir. En la actualidad sus productos de papelería se venden en unos 100 países. La marca coreana continúa creciendo, pese a tendencia a la baja del uso de los utensilios de escritura por el avance de las tecnologías informáticas y dispositivos inteligentes. Además de los bolígrafos, la compañía coreana destaca en la categoría de marcadores y rotuladores. Durante casi sesenta años, el clásico bolígrafo de Monami ha sido el amigo inseparable en las casas, escuelas y oficinas de Corea. Ahora busca repetir el éxito del Monami 153 en otros artículos de papelería dentro y fuera del país.