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Estados Unidos redesignó esta semana como país que no coopera en la lucha contra el terrorismo a Corea del Norte, junto con otras naciones como Siria, Venezuela, Cuba e Irán. La clasificación supone prohibiciones de actividades comerciales o tramitación de licencias para exportación de bienes o servicios relacionados con defensa a esos estados, así como sanciones a terceros países que realicen tales operaciones con ellos.

Sobre los motivos por los que decidió dejar a Corea del Norte en dicha lista, el Departamento de Estado estadounidense declaró en un comunicado de prensa, que consideró los secuestros de aviones y ciudadanos japoneses por parte de agentes de Pyongyang. Detalló que los cuatro japoneses que participaron en el secuestro de un avión de Japan Airlines en 1970 seguían residiendo en 2019 en Corea del Norte, mientras el Tokio exigía una explicación sobre el paradero de doce personas de nacionalidad japonesa que supuestamente fueron secuestrados por Corea del Norte entre las décadas de 1970 y 1980.

Un punto a aclarar aquí es que la redesignación como país no cooperante no supone desventajas para Corea del Norte respecto a las actuales, pues también es categorizado como estado país patrocinador de terrorismo, clasificación que implica sanciones aún más duras y calificación que mantiene en la actualidad.

La primera vez que Corea del Norte fue incluido en la lista de patrocinadores de terrorismo de Washington fue en 1988 por el atentado contra el vuelo 858 de Korean Air en 1987 y así se mantuvo hasta 2008, cuando la entonces administración de George W. Bush le excluyó al ver avances en el diálogo nuclear. Sin embargo, en noviembre de 2017, durante el primer año de mandato del presidente Donald Trump, las relaciones entre Pyongyang y Washington fueron de mal en peor, y Corea del Norte fue reagrupado como patrocinador de terrorismo.

Y el pronóstico que se puede hacer a estas alturas es que será difícil que esta condición cambie, uno, porque no existen indicios de una posible reanudación de las negociaciones entre Corea del Norte y Estados Unidos, y dos, porque Washington por lo pronto no tiene cabeza para nada, mientras acecha la pandemia del COVID-19, emergen de nuevo las fricciones con China y se acercan las elecciones presidenciales.