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El Consejo Económico, Social y Laboral, dependiente directamente de Presidencia, aprobó el día 28 un acuerdo para hacer frente a los efectos de la pandemia del COVID-19. Suscrito entre Gobierno, patronal y sindicatos, dicho pacto es fruto de largas negociaciones, de más de un mes, que empezaron en torno al primer ministro Chung Sye Kyun. 

También destaca que es la primera vez en 22 años que los principales agentes económicos logran un consenso desde el alcanzado en enero de 1998, en medio de una de las peores crisis financieras de la historia de Corea. 

Aunque unos lo tildan de incompleto, en vista del rechazo expresado por la Confederación Coreana de Uniones Comerciales, una de las dos asociaciones de sindicatos más influyentes del país, el pacto sigue siendo importante pues refleja la disposición de Gobierno, patronal y trabajadores a cooperar ante las dificultades actuales. Concretamente, recoge el compromiso de patronal y sindicatos por mantener la estabilidad laboral, así como del Gobierno por asumir la diferencia salarial que supone reducir la jornada laboral. 

En líneas generales, el acuerdo apuesta por la estabilidad del empleo, por medidas para reactivar la actividad empresarial, por ampliar la red de seguridad social y por optimizar la infraestructura médico-sanitaria para una mejor prevención de enfermedades infectocontagiosas. 

Al respecto, el Ejecutivo enfatiza que respetará el pacto fielmente y procurará concretar su contenido, especialmente en lo tocante a lograr una cobertura universal del seguro de desempleo o de bajas por enfermedad. Así, resaltó como objetivos centrales aumentar la seguridad social de los más vulnerables y hacer que no empero la desigualdad en el actual contexto de una crisis mundial, mostrando una actitud más comprensiva y tolerante por parte de todos los agentes económicos.