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La Oficina de Presupuestos de la Asamblea Nacional presentó esta semana su perspectiva económica para 2021 y a medio plazo, vaticinando que la economía surcoreana sufrirá en 2020 un crecimiento negativo, empezará a recuperarse el próximo año para finalmente crecer en 2022 casi un 3%. En todo caso, estimó en -1,6% la merma del producto interior bruto durante el presente año.

El informe de dicha oficina parlamentaria augura que Corea del Sur podrá superar paulatinamente el impacto de la pandemia del COVID-19 y marcará un aumento del PIB real del 2,3%. Prevé además, que tal tendencia ascendente se mantendrá en 2022 con una tasa de crecimiento aun mayor -del 2,8%- para luego ralentizarse el ritmo de recuperación. Así, calcula que el índice de crecimiento potencial del país rondará entre 2020 y 2025 el 2% anual en promedio, 0,6 puntos menos que el lustro anterior.

Por sectores, los que más contribuirán al crecimiento económico nacional serán las compras gubernamentales y la inversión en equipos y maquinaria. En cambio, retrocederán tanto el consumo privado como la inversión en construcciones. El informe augura asimismo, que la contribución del capital al crecimiento económico se debilitará en gran medida, recalcando que lo más importante para mantener en un nivel satisfactorio el potencial de crecimiento en tal contexto será ampliar las inversiones. En cuanto al PIB per cápita, el pronóstico presenta que dicho indicador alcanzará este año 30.582 dólares y en 32.023 dólares en 2021.

La previsión de crecimiento de la Oficina de Presupuestos de la cámara legislativa es inferior a la arrojada sobre la economía surcoreana en 2020 por otras instituciones y agencias calificadoras. La más optimista, de momento, es la de Standard & Poor’s, la cual anticipa un decrecimiento del 0,9%. Un pronóstico anunciado no hace mucho tras una revisión al alza, del -1,5% al -0,9%, considerando la recuperación económica de la región de Asia-Pacífico en general y su positiva influencia en Corea del Sur. Al respecto, Standard & Poor’s explica que si bien el COVID-19 persiste, las repercusiones de esta crisis sanitaria remitirán y que la economía de Asia-Pacífico, aunque el ritmo puede diferir por país, mantendrá una estable recuperación con China al frente. Así, elevó su previsión de crecimiento para China del 1,2% al 2,1%, para Taiwán del 0,6% al 1% y para Vietnam del 1,2% al 1,9%.

En realidad, la previsión de la citada agencia de rating crediticio puede ser percibida como demasiado optimista, máxime en comparación a las de instituciones financieras y de investigación económica de Corea del Sur, como el Banco de Corea y el Instituto de Desarrollo de Corea, que auguran crecimientos negativos del -1,3% y del -1,1% respectivamente. La opinión generalizada, sin embargo, es que ante la atenuación del impacto del COVID-19, es posible que esos pronósticos mejoren. Por supuesto, por ahora todos son especulaciones, ya que nadie puede afirmar si el optimismo en las previsiones actuales se mantendrá en los próximos meses, más aun cuando nada se puede predecir sobre qué pasará con el COVID-19 con la próxima llegada del invierno en el hemisferio norte, estación en la que el riesgo de infección puede aumentar provocando incluso una segunda gran oleada de contagios.