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La Estatua de la Joven de la Paz, un monumento-homenaje a las víctimas de la esclavitud sexual militar impuesta por Japón durante la Segunda Guerra Mundial, permanecerá en Berlín, por lo pronto hasta septiembre de 2021, mientras que próximamente comenzarán a debatir si mantenerla para siempre.

La medida llega en base a la resolución que el consejo del distrito de Mitte, en la capital alemana, aprobó a favor de mantener dicha estatua-homenaje. La resolución fue propuesta conjuntamente por el Partido Verde y La Izquierda, y en la votación obtuvo 24 votos a favor y cinco en contra, estos últimos de la Unión Demócrata Cristiana y del Liberal Democrático de Alemania.

Al respecto, el concejal Thilo Urchs del partido La Izquierda declaró que la Estatua de la Joven de la Paz representa la verdad histórica sobre la violencia sexual cometida hacia las mujeres coreanas por el Ejército japonés durante la Segunda Guerra Mundial. Recalcó que en tiempos bélicos, la agresión sexual no es una eventualidad, sino un problema estructural, y que dicho monumento es un símbolo que permite sensibilizar a todos sobre la violencia hacia el género femenino en escenarios de guerra, y la importancia de proteger sus derechos humanos.

El día en que fue aprobada la resolución, unas treinta personas, coreanos y alemanes, se reunieron en torno a la estatua y sosteniendo velas, cantaron la canción tradicional Arirang, exhortando a mantener para siempre el monumento.

Cabe aclarar que la resolución aprobada por el consejo de Mitte no es vinculante. Sin embargo, a partir de ella las autoridades locales de ese distrito berlinés comenzarán un debate formal sobre si mantenerla para siempre, escenario que parece muy probable, considerando la gran diferencia de votos a favor, que se impusieron sobre los que rechazaban mantener la Estatua de la Joven de la Paz.

El distrito de Mitte autorizó la instalación del monumento a las víctimas de la esclavitud sexual en julio de 2019. Sin embargo, activistas de tinte derechista de Japón protestaron y exigieron su desmantelamiento, por lo que por un momento la figura corrió el peligro de ser retirada. Eso no ocurrió en todo caso, al elevar una ONG local al Tribunal Administrativo de Berlín una petición para conservar la estatua, acción a la que el distrito de Mitte reaccionó, retirando la orden que había emitido ante las protestas de los activistas nipones.

Ahora, con la resolución del consejo de Mitte, la polémica queda cerrada y el monumento a las víctimas de la esclavitud sexual permanecerá en la capital alemana, al menos hasta 2021. Una conclusión de estos hechos es que Alemania y Japón, siendo ambos países culpables de la Segunda Guerra Mundial, han transitado caminos muy distintos después del conflicto bélico. Así, mientras Alemania se esforzó y se esfuerza por superar y reparar los daños causados en tiempos de guerra, Japón sigue sin siquiera disculparse hacia los pueblos que fueron víctimas de su violencia.