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La Cumbre P4G o Alianza para el Crecimiento Verde y Objetivos Globales 2030, organizada este año en Corea del Sur, fue la segunda edición tras la primera celebrada en 2018. También fue la primera reunión al máximo nivel entre líderes del mundo sobre medio ambiente destinada a hacer realidad la visión de la neutralidad de carbono mediante una recuperación más ecológica e inclusiva. Asistieron a ella presidentes, jefes de Estado y altos cargos de cerca de cincuenta naciones, y representantes de unos veinte organismos internacionales.

El punto final a la cumbre lo puso la Declaración de Seúl, emitida por los participantes que definieron la crisis climática como una seria amenaza global que impacta no solo en el medio ambiente, sino en otros ámbitos como economía, sociedad, derechos humanos y seguridad. En base a tal definición, como solución decidieron fortalecer la cooperación mundial para la transición energética a través de una mayor generación de energías renovables, como eólica o solar. Las opciones más concretas mencionadas en este contexto fueron renunciar al carbón, suspender la financiación pública para construir centrales carboeléctricas e incentivar el uso del hidrógeno en sectores que afrontan dificultades reales para renunciar al carbono.

Los líderes también acordaron unir fuerzas para la exitosa organización de la Conferencia de las Partes (COP) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático en noviembre y la completa ejecución del Acuerdo de París. Coincidiendo con este último, la Declaración de Seúl de la Cumbre P4G dejó explícito el compromiso de proseguir los esfuerzos para limitar el calentamiento global a 1,5ºC.

En cuanto a la contaminación marítima planteada en esta edición, los participantes abogaron por la necesidad de impulsar la solidaridad internacional en la solución del problema de los residuos plásticos en los océanos, anticipando trabajar más para la descarbonización marítima y una mayor sostenibilidad de los mares, para prevenir eficazmente contaminaciones futuras.

La ministra de Medio Ambiente, Han Jeoung Ae, declaró al respecto que el logro más destacable de la Cumbre P4G de Seúl es la promesa que hicieron los líderes para apoyar la recuperación verde de los países en vías de desarrollo y poner en marcha un plan de acción para el clima y el medio ambiente, incluyendo medidas más específicas para alcanzar la neutralidad de carbono. Corea del Sur en particular, avanzó durante la cumbre que ampliará sus programas de cooperación con naciones en vías de desarrollo.

Sin embargo, la Declaración de Seúl fue criticada por organizaciones medioambientales, que la describieron como una declaración sin contenido puramente retórica, además de señalar la falta de esfuerzos por atender a las opiniones de generaciones jóvenes, en contra de los grandes eslóganes que llaman a superar la crisis climática para el bien de las generaciones del futuro.