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El Comité de Salario Mínimo aprobó aumentar para 2022 el salario básico un 5,1% respecto a este año, hasta 9.160 wones por hora, tras un largo y complicado proceso de debate. Sin embargo, la decisión ha dejado fríos tanto a la patronal como al gremio de sindicatos, además de ser rechazada por micros y pequeños comerciantes. Así, la subida del salario mínimo podría derivar en un “conflicto entre clases”, al considerarlo un agravio para el grupo de los económicamente más vulnerables, como son los ya citados comerciantes y los trabajadores de menores ingresos.

El salario mínimo para 2022 supone un incremento de 440 wones respecto al de 2021. En base a este aumento, los trabajadores cobrarán al mes 1.914.400 wones, considerando la jornada mensual promedio de 209 horas laborables. El margen de incremento respecto a 2021, del 5,1%, fue decidido en un intento de hallar un punto medio entre la propuesta de los sindicatos, que planteaba un aumento del 14,7% hasta 10.000 wones por hora, y la de la patronal, que buscaba un aumento básico del 1,5%, para llegar a 8.850 wones la hora. Sin embargo, y como puede apreciarse, dada la enorme distancia entre ambas propuestas, la subida aprobada no satisface a ninguna de las partes.

Cabe recordar que, en base a la promesa electoral del presidente Moon Jae In, de aumentar gradualmente el salario mínimo hasta situarlo en 10.000 wones por hora antes de finalizar su mandato, durante los dos primeros años de la actual administración el salario básico de los trabajadores aumentó en gran medida: un 16,4% en 2018 y un 10,9% en 2019. Sin embargo, tan abrupta subida repercutió negativamente en las actividades de las pymes y el micro y pequeño comercio, así como en el empleo. Por tanto, en años posteriores el salario mínimo apenas consiguió relevantes aumentos, logrando un 2,9% para 2020 y un 1,5% para 2021.

Estos antecedentes permiten concluir que la decisión de elevar un 5,1% el salario mínimo implica retomar -aunque no totalmente- la política de crecimiento económico impulsada por el aumento de los ingresos de la masa, pero sin ignorar las dificultades reales que persisten en el sector de pymes y micro comerciantes. Aún así, el sector sindical ha lanzado feroces críticas al Gobierno, reprochando que la promesa de elevar el salario mínimo hasta 10.000 wones por hora solo trajo falsas esperanzas a los trabajadores.

No obstante, el descontento es igual de fuerte o más todavía entre la patronal, sobre todo entre los propietarios de micro y pequeños comercios, quienes alegan que al prolongarse la pandemia y las duras medidas preventivas, un aumento del 5,1% es demasiado.