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La economía del hidrógeno, una alternativa energética a los actuales combustibles fósiles, cobra fuerza en Corea. El presidente Moon Jae In dio a conocer el 17 de enero la hoja de ruta para impulsar la economía del hidrógeno con objeto de asegurar un nuevo motor de crecimiento y liderar el mercado de vehículos de hidrógeno y pilas de dicho combustible para el 2030. La industria automotriz coreana se enfrenta en estos días a una crisis. Corea del Sur fue en 2015 el quinto fabricante mundial de vehículos, pero en 2018 retrocedió al séptimo con tres años consecutivos de caídas. El debilitamiento del sector se atribuye a diversos factores internos y externos, tales como el cierre de la planta de GM Korea ubicada en Gunsan en febrero pasado, la pérdida de dinamismo de las exportaciones y la menor demanda en el mercado de China y Estados Unidos, entre otros. En materia de vehículos de pilas de combustible de hidrógeno, Hyundai Motor es fabricante pionero en esta tecnología al ser la primera automovilística del mundo en producirlos en serie en 2013. 

Los autos de hidrógeno contaminan menos pues solo emiten vapor de agua, pero aún quedan por desarrollar tecnologías más eficientes para obtener y almacenar el hidrógeno como fuente de energía, y crear infraestructuras para su uso. Por ahora su autonomía es de 700 kilómetros, pero los nuevos modelos llegarán hasta 1.000 kilómetros, pudiendo servir para transporte público y larga distancia, mientras que los vehículos eléctricos quedarían para ciudad y distancias cortas. Así, automóviles de hidrógeno y eléctricos podrían convivir a futuro como los diésel y gasolina actualmente. Las ventajas de los vehículos de pila de combustible de hidrógeno frente a los eléctricos, es que poseen una mayor autonomía y precisan menor tiempo de repostaje. Sin embargo, el alto coste energético para usar el hidrógeno como energía y la falta de infraestructuras, es decir, de estaciones para repostar en carretera, son uno de los principales obstáculos que debe superar para entrar comercialmente a gran escala. Por tanto, no es de extrañar pues que muchos países y grandes marcas apuesten por el hidrógeno como combustible alternativo. Expertos señalan que lo más relevante es crear un entorno para probar los vehículos de hidrógeno, pero con tan solo 13 estaciones de repostaje en todo el país resulta complejo. En 2019, el Gobierno planea crear más estaciones, pero lo esencial es mejorar la normativa para pasar a una sociedad del hidrógeno.