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Lee Hyo Seok, “La montaña”

2019-08-13

ⓒ Getty Images Bank

Las horas tempranas en la montaña son silenciosas como un animal dormido que respira suavemente. Las crestas ondulantes parecen el lomo de buey tumbado y las blancas hojas de los álamos, que se agitan incesantes aunque no sople una brizna de viento, son la respiración de la montaña. Los abedules son las reinas de la belleza en la montaña. Tan llamativos con su maquillaje blanco, ningún cutiz de mujer puede igualarlos por mucho que se acicale.

La montaña es silenciosa pero es un bello mundo masculino. Los aromas frutales refrescantes y energéticos, el olor de la madera, el olor de la tierra y del cielo... Son todas fragancias que no se pueden encontrar en el pueblo.


산속의 아침나절은 졸고 있는 짐승같이 막막은 하나

숨결은 은근하다.

휘엿한 산등은 누워있는 황소의 등어리요,

바람결도 없는데 쉽 새 없이 파르르 나부끼는 

사시나무 잎새는 산의 숨소리다.


첫눈에 띄는 하얗게 분장한 자작나무는 산속의 일색,

아무리 단장한대야 사람의 살결이 그렇게 흴 수 있을까.


산속은 고요하나 웅성한 아름다운 세상이다.

과실같이 싱싱한 기운과 향기,

나무 향기 흙냄새, 하늘 향기.

마을에서는 찾아볼 수 없는 향기다.



Las descripciones de la montaña y de Jungsil que se ha vuelto parte de la naturaleza se extienden a lo largo de las páginas del cuento de Lee Hyo Seok como un poema lírico.



Entrevista a la crítico de literatura Jeon So Yeong:

Lee Hyo Seok, como otros intelectuales, no fue feliz durante el dominio colonial japonés. Es por ello que deposita todas las esperanzas en la naturaleza y la describe como un mundo ideal que contrasta con el deprimente y violento mundo real. Hay que prestar atención a que Jungsil sube a la montaña en otoño, que es la estación en que los vegetales dan toda clase de frutos. Recordemos también que los árboles y las plantas son símbolos de paz y de la no violencia. Se puede decir que este era el mundo con el soñaba Lee Hyo Seok.



Las estrellas se acercaron como si fueran a cáersele todas encima y se alejaron. “Una, dos, tres...”, se puso a contarlas sin querer. Cuando se le cerraban los ojos y sus labios se equivocaban, empezaba de nuevo la cuenta: “Una, dos, tres, cuatro...”.

Jungsil se sentía como si él mismo se hubiera convertido en una estrella.


하늘의 별이 와르르 얼굴 위에 쏟아질 듯 싶게

가까웠다 멀어졌다 한다.


“별 하나 나 하나, 별 둘 나 둘, 별 셋 나 셋~” 


어느 곁엔지 별을 세고 있었다.

눈이 아물아물하고 입이 뒤바뀌어 수효가 틀려지면 

다시 목소리를 높여 처음부터 고쳐 세곤 하였다.


“별 하나 나 하나, 별 둘 나 둘, 별 셋 나 셋~” 


세는 동안에 중실은 제 몸이 스스로 별이 됨을 느꼈다.




Autor:

Lee Hyo Seok nació en 1907 en Pyeongchang, provincia de Gangwondo, y falleció en 1942. Debutó como escritor en 1928 con el relato “La ciudad y los fantasmas”. Su obra más representativa es “Cuando florece el alforfón”.

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