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Ante la creciente preocupación de una posible desaceleración económica, el Banco de Corea decidió en la reunión de octubre bajar el tipo de interés referencia del 1,5% al 1,25% anual, volviendo al menor nivel de su historia. Se trata del segundo recorte de este año y la segunda vez que el precio del dinero se mantiene en mínimos históricos. El recorte se atribuye al panorama de incertidumbre generado por la guerra comercial entre Washington y Beijing y la pérdida de dinamismo de la economía nacional. El gobernador del Banco de Corea, Lee Ju Yeol, en una rueda de prensa celebrada el 16 de octubre, indicó que será difícil alcanzar la meta de crecimiento del 2,2% estimada en julio, ante la prolongada desaceleración de la economía mundial y las escasas señales de recuperación del sector de semiconductores. A lo anterior se suma la caída del 0,4% interanual de los precios al consumidor en septiembre, un dato inquietante al ser la primera vez que entran en terreno negativo y voz de alerta de que el país necesita defenderse contra la amenaza de deflación. Si bien las autoridades monetarias han bajado los tipos de interés tras analizar la complicada coyuntura económica nacional e internacional, algunos expertos dudan que genere los estímulos económicos esperados. 

Los analistas difieren de los efectos del recorte de tipos al ser la economía coreana tan dependiente del comercio exterior y vulnerable a factores externos. En este contexto es difícil que esa medida impulse las inversiones y el consumo. Además, un prolongado periodo de tipos bajo podría no tener un impacto significativo en la economía real, y hasta generar una trampa de liquidez. En este sentido, para que una rebaja del precio del dinero surta efecto, ha de ir acompañada de otras medidas, como una política fiscal expansiva, mayor eficiencia en el gasto público y una flexibilización de normas para impulsar cambios en el sector industrial del país.