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El presidente Moon Jae In nombró el jueves 2 a Choo Mi Ae como nueva ministra de Justicia y el cargo, que permanecía vacante por ochenta días tras la dimisión de Cho Kuk, quedó cubierto. Así, se estima que la reforma de la Fiscalía se acelerará, aunque también se intensifica la confrontación dentro de la Asamblea Nacional al tratarse de otra designación ministerial sin informe de evaluación parlamentaria.

El nombramiento de la nueva ministra de Justicia se llevó a cabo sin dilatación alguna, al confirmarlo el presidente Moon Jae In inmediatamente después de vencer los dos plazos legales de los que disponía la cámara legislativa para adoptar un informe de evaluación sobre la candidatura de Choo.

Al proseguir con el nombramiento pese a no contar con el refrendo parlamentario, el mandatario consideró principalmente el vacío en la gerencia de Ministerio de Justicia que no podía prolongar, y la reforma en marcha sobre la Fiscalía. Asimismo, se estima que influyó en su decisión la aprobación de una ley para crear una entidad independiente de investigación anticorrupción sobre altos cargos, y la inminente votación de otra ley sobre redistribución de potestades entre la Fiscalía y la Policía.

En este contexto, un punto a destacar de la carrera de la nueva ministra de Justicia es que fue jueza, además de tener la reputación de persona decidida y sin frenos al impulsar los proyectos que considera imprescindibles. De ahí que es descrita como la persona idónea para poner orden en la compleja situación generada por la reforma de la Fiscalía, y hasta existen pronósticos de que Choo podría acometer de inmediato varios nombramientos para obtener un mayor control de dicha entidad.

Por supuesto, muchos opositores están en contra de su nombramiento, sobre todo el partido conservador Libertad Corea, que incluso acusa al Ejecutivo de pretender -a través de la nueva ministra de Justicia- neutralizar las investigaciones lideradas por el fiscal general Yoon Seok Youl sobre casos de corrupción y camuflar sus delitos.