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Los movimientos migratorios internos cayeron en 2019 a su nivel más bajo en 47 años, fenómeno que se atribuye al envejecimiento de la población, a la desaceleración del crecimiento económico y al descenso de compraventa de viviendas tras la última reforma inmobiliaria.

Al respecto, la Oficina Nacional de Estadística ilustra que el año pasado la tasa de migración interna en Corea del Sur marcó un 13,8%, 0,4 puntos menos que en 2018, en porcentaje de personas que se mudaron de una localidad a otra. La migración interna se mantenía en torno al 20% en los años noventa, pero entrando en la década del 2000 empezó a mostrar una clara tendencia bajista. Y a partir del 2000, la única vez que subió fue entre los años 2017 y 2018, con tan solo un 0,2%.

El principal motivo que lleva a los surcoreanos a cambiar de ciudad es la compraventa de inmuebles. De hecho, aproximadamente el 40% de aquellos que cambiaron de ciudad durante 2019 fue esa razón, seguido del 24% que lo hizo por motivos familiares y de un 21% por motivos profesionales. Sin embargo, el número de ciudadanos que cambiaron de ciudad por motivos inmobiliarios, se redujo en unas 163.000 personas, mientras que los contratos de compraventa de viviendas mermaron en unos 51.000 casos respecto a 2018.

Así, la principal causa de la disminución de la migración interna producida en Corea del Sur el año pasado se achaca a la reforma inmobiliaria, pues después de su entrada en vigor cayó notablemente la compraventa de viviendas. Sin embargo, considerando que el descenso en los movimientos migratorios es un fenómeno constante desde hace casi dos décadas, es obvio que existen otras causas estructurales. Una de ellas es el envejecimiento poblacional, más concretamente el descenso de la población joven -entre 20 y 39 años- que son los que más cambian de lugar de residencia por estudios o trabajo, así como el aumento de los ciudadanos mayores de sesenta, que tienden más a permanecer en el lugar donde están radicados. En tano, otra causa importante es la ralentización del ritmo de crecimiento económico, pues cuando una economía crece con ritmo fuerte siempre  se observan también fuertes movimientos migratorios entre sus habitantes.