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Presidencia surcoreana criticó abiertamente el día 22 las memorias del exasesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, tildándolas de inapropiadas y subjetivas, al punto de desfigurar los hechos según prejuicios y preconceptos personales. Sin embargo, y pese a advertir el Gobierno estadounidense que adoptaría medidas, el libro de memorias de Bolton se publicó el día 23, entre una fuerte controversia por las revelaciones inéditas que hace sobre el presidente Donald Trump y las fracasadas políticas domésticas y exteriores de Washington.

La primera reacción pública de Seúl a las memorias de Bolton llegó con la declaración del jefe de la Oficina de Seguridad Nacional de Cheongwadae, Chung Eui Yong. Esta autoridad, cargo equivalente al asesor de Seguridad de la Casa Blanca, expresó que los escritos del libro de Bolton tergiversan en gran medida los hechos, además de ir contra los principios básicos de la diplomacia, asegurando que podría hasta dañar la confianza mutua, de cara a futuras negociaciones entre Corea del Sur y Estados Unidos. Afirmó que la conducta de Bolton no favorece los esfuerzos conjuntos por impulsar la alianza y reforzar, tanto la seguridad de ambos países, como los intereses comunes. Así, mostró expectativas porque el Gobierno estadounidense adopte alguna medida al respecto.

Las memorias del exasesor de Trump salieron a la venta el 23 de junio simultáneamente por internet y en librerías, acaparando especial atención, mientras versiones piratas ya circulan en la web. De ahí que su contenido ya es de dominio público.

Desde antes de su publicación, el libro ya anticipaba polémica por contar las excentricidades del presidente Donald Trump y el comportamiento de líderes o diplomáticos de otras naciones, así como por presentar las relaciones entre Estados Unidos y China o “la trastienda” de las negociaciones nucleares entre Washington y Pyongyang desde el punto de vista de Bolton, considerado uno de los mayores “halcones” del Partido Republicano. Así, el presidente estadounidense, preocupado por las posibles repercusiones de esas memorias en su campaña para las elecciones de noviembre, alega que el libro solo contiene mentiras, al tiempo de desacreditar a su autor, al que critica como incompetente.

El análisis generalizado es que las memorias de Bolton carecen de objetividad, pues mezclan hechos con interpretaciones personales del exasesor de la Casa Blanca. Aún así, y dado el actual enfriamiento de las relaciones intercoreanas y del diálogo entre Corea del Norte y Estados Unidos, podrían influir negativamente en el panorama de la península coreana.