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Las restricciones adicionales de Washington a Huawei entraron en vigor el día 15, medidas que impiden prácticamente a toda empresa tecnológica del mundo vender sus productos a dicha firma china sin el visto bueno del Departamento de Comercio de Estados Unidos. Así, se prevé que serán inevitables las pérdidas a corto plazo para la industria de semiconductores y de pantallas de Corea del Sur, más del 40% de cuyas exportaciones son destinadas al mercado chino.

El veto de Estados Unidos a Huawei comenzó en mayo de 2019. Desde entonces, las restricciones han venido endureciéndose, empezando por una primera fase que prohibió toda transacción con esa empresa china y a partir de la cual Huawei fue impedida de comprar repuestos semiconductores a algunos de los mejores fabricantes de esos bienes, como la compañía estadounidense Qualcomm. Asimismo, se vieron afectados sus negocios de teléfonos móviles, al no poder usar el sistema operativo Android de Google.

Posteriormente, en la segunda etapa, la cual comenzó en mayo de 2020, se prohibieron la producción y la distribución de semiconductores diseñados por Huawei, bloqueando así el canal indirecto con el que contaba la firma china para abastecerse de los repuestos necesarios, el cual consistía en encargar a la empresa taiwanesa TSMC la fabricación de chips para mediante esta proveerse de esos bienes.

Y las restricciones que entraron en vigencia esta semana son las anunciadas el 17 de agosto, que estipulan que toda empresa fabricante de semiconductores debe obtener el permiso de la Administración de Washington para vender a Huawei sus productos, si estos fueron manufacturados con aplicación total o parcial de tecnologías desarrolladas por empresas estadounidenses. Considerando que no existen casi chips o repuestos semiconductores que no usen tecnología estadounidense, tales restricciones implican la completa paralización de la red de suministro de Huawei.

En este contexto, en Corea la mayor preocupación es qué tan grande será el impacto de esas medidas adicionales de EEUU contra Huawei, mientras que cada teléfono que manufactura dicha firma china emplea 38 chips, de los que la mitad son importados y parte considerable de estos son de Corea del Sur. Cabe saber que, solo en 2019, las dos empresas líderes de la industria surcoreana de semiconductores, Samsung y SK, lograron en conjunto vender unos 10 billones de wones a Huawei. Dicho esto, y considerando que las restricciones adicionales de Estados Unidos afectan también a las pantallas que usan repuestos semiconductores, se piensa que será inevitable que compañías surcoreanas sufran pérdidas, al menos a corto plazo, llevándose la peor parte las pymes, que no tienen suficientes recursos financieros como para soportar la disminución inmediata de sus ventas, hasta encontrar un nuevo comprador.