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Uno de los alimentos óptimos para consumir en esta época del año en Corea es el mejillón o “honghap” en coreano. Se trata de uno de los moluscos más populares y asequibles del país, como en muchos otros rincones del mundo. Hay múltiples formas de cocinarlo, desde cocidos, al vapor y a la parrilla, hasta ahumados. 

En esta parte del mundo, los meses de entre octubre y diciembre son cuando los mejillones son más frescos y carnosos, pues en esa temporada acumulan una gran cantidad de nutrientes, antes de iniciar el periodo de reproducción. En contraste, entre abril y julio es la peor época para degustarlos, pues coinciden con el periodo de desove, y es cuando este marisco libera saxitonina, una sustancia tóxica. Changwon, una ciudad costera ubicada en la provincia de Gyeongsang del Sur, al sureste de la península coreana, es conocida como “la meca de mejillón”, pues un 70 por ciento del consumo en el país proviene de esa región. 

Este manjar es muy rico en proteínas que ayudan a fortalecer los músculos. Además, contiene abundante calcio, fósforo e hierro, lo que lo convierte en un buen aliado de los huesos, de cara a prevenir la osteoporosis. Su alto contenido en vitaminas C y E sirve, por sus activos antioxidantes, para mantener sana la piel. 

En tanto, al elegir mejillones frescos, deben comprobar si la cáscara está cerrada, intacta y brillante. También han de observar que no tengan mal olor y si la carne está bien firme y húmeda. 

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Sin dudas, no hay nada mejor que una sopa caliente cuando llegan los vientos fríos. A propósito, un plato idóneo para disfrutar en otoño en Corea, cuando las temperaturas suelen caer por debajo de 10 grados centígrados por la noche, es “honghaptang” o sopa de mejillones al estilo coreano. Les contamos cómo prepararla. 

Los ingredientes principales son: un kilo de mejillones, media cebolla, una cebolleta, dos ajíes picantes, agua y media cuchara de sal o una cuchara de salsa de soja. Ante todo, es importante lavar bien los mejillones, frotando suavemente la cáscara para eliminar impurezas. Cortamos las barbas con unas tijeras, en lugar de arrancarlas, para no estropear la carne. 

Ahora, en una olla, ponemos los mejillones y agregamos agua hasta que queden sumergidos. Añadimos la cebolla y la cebolleta cortadas en trozos grandes, para dar un sabor más profundo al caldo, aunque pueden omitirlas si no tienen o reemplazarlas por nabo. Ponemos la olla a fuego alto y cuando comience a hervir, retiramos la espuma con una espumadera o cuchara, y agregamos los ajíes rojos y verdes cortados. Salamos a gusto con sal o salsa de soja para sopa, y lo dejamos hervir todo unos minutos más. Cuando los mejillones estén cocidos, servimos en un cuenco con el caldo y... ¡a disfrutar!