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“Squid Game” o “El juego del calamar”, se ha convertido en la serie más vista en Netflix en todo el mundo, después de cuatro semanas de su estreno el pasado 17 de septiembre. Al respecto, cabe destacar que es el primer drama surcoreano que alcanza el número uno en la plataforma de streaming en 83 países, causando furor tanto dentro como fuera de la pantalla. De hecho, los trajes, galletas de azúcar y juegos infantiles tradicionales que aparecen en la producción coreana se han hecho virales, generando un sinnúmero de parodias en las redes sociales, hasta el punto de convertirse en un fenómeno mundial. El éxito arrasador de la serie coreana ha demostrado una vez más la competitividad de los contenidos culturales del país. Los juegos que aparecen en la serie son sencillos, los mismos que los coreanos jugaban de niños, como el tradicional luz roja, luz verde, los juegos con las canicas o el propio juego que da nombre a la serie. Esos elementos familiares y a la vez curiosos de los juegos infantiles coreanos son uno de los factores que han atraído a la audiencia global. También pone sobre la mesa los problemas de la desigualdad de la sociedad, como lo hizo la película coreana ganadora del Óscar, Parásitos.

Ante el gran éxito de la serie, la atención se centra en el impacto que podrá tener en la economía del país. Para ello, habría que ver el efecto económico que han dejado otras telenovelas coreanas. Se estima que la famosa telenovela romántica “Descendientes del sol” estrenada en 2016 en KBS tuvo un efecto directo e indirecto de más de 3 billones de wones, alrededor de 2.500 millones de dólares, contribuyendo a impulsar las exportaciones, atraer más turistas extranjeros y crear empleo. En caso de El juego del calamar, los trajes verdes y rosas, las máscaras, los juegos y hasta los alimentos que aparecen en la serie han logrado gran popularidad a nivel internacional. La popularidad de “El juego del calamar” se puede comprobar también en el aumento de búsquedas en la red sobre la serie coreana de nueve episodios. Se prevé que El juego del calamar genere grandes efectos económicos, aunque todavía es demasiado pronto para cuantificar su éxito. Sorprende que el K-pop, liderado por el grupo BTS, la película del director Bong Joon Ho, Parásitos y ahora la serie El juego del calamar, sean protagonistas de la audiencia global. Detrás de los contenidos culturales de Corea está la agilidad y el ingenio de los coreanos. Además, el país tiene la ventaja de ser una potencia digital, lo que permite compartir y recombinar en tiempo real conocimientos e información. Podríamos decir que la industria surcoreana es fuerte en cuanto a planificación, producción y distribución de contenidos en línea, respecto a las tendencias globales, al tiempo de empatizar con el público internacional al abrazar tanto la cultura de Oriente como de Occidente.