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Aumenta el ritmo de envejecimiento de la población de Corea. Según las perspectivas de la Oficina Nacional de Estadística anunciadas el 27 de junio, la población activa sufrirá un descenso total de 12 millones de ciudadanos entre 2017 y 2047, mientras que en otras ocho ciudades y provincias del país, la proporción de mayores de 65 años superará el 40% del total en las próximas tres décadas. El descenso del volumen de población activa, entre 15 y 64 años, comenzó a apreciarse en 1996 en la ciudad de Busan, la segunda más importante del país, mientras que en Seúl, la capital, se dejó entrever en 2010, en Daegu en 2012 y en Daejong en 2015. En tanto las provincias de Jeonbuk, Jeonnam y Gyeongbuk, y la ciudad de Ulsan comenzaron a acelerar el ritmo de envejecimiento en 2017, factor que llegará este año a la provincia de Gyeongnam para luego extenderse al resto del país. Se estima que el número de personas en edad de trabajar disminuirá en todas las ciudades de Corea de aquí a 30 años, excepto en Sejong, una ciudad nueva y joven que será la última en sufrir el declive demográfico. Además, se proyecta que a partir de 2032 el número de defunciones superará al de nacimientos, a excepción de la ciudad administrativa de Sejong, y a partir de 2042 el volumen de la población coreana retrocederá en todo el país. 

 El debilitamiento de la economía, la inestabilidad del mercado laboral, los precios altos de las viviendas y la falta de instalaciones adecuadas para el cuidado de niños, entre otras, son las causas que están arrastrando el cambio demográfico en Corea. Actualmente, la población económicamente activa representa en torno al 73% del total de la población, pero si la tendencia de la natalidad continúa a la baja, podría disminuir hasta un 45% para 2067. Es más en 2017, cada 100 personas en edad de trabajar sustentaban económicamente a 36,7 jubilados y niños, cifra que podría llegar a 120,2 en 2067. Si bien uno de los mayores problemas hoy es el desempleo juvenil, en diez o quince años ocurrirá lo contrario y faltará de mano de obra, factor que impactará negativamente en el mercado laboral. De seguir así, la economía coreana podría ser víctima de un círculo vicioso: al bajar la tasa de natalidad habrá menor población, contracción de la demanda interna y ralentización de la economía. El cambio demográfico requerirá una mayor cotización por parte de la población activa, por el aumento en gastos de salud y pensiones. Y, según las proyecciones, esta situación removerá los cimientos de los servicios educativos y del mercado inmobiliario. Ante este panorama, el Gobierno planea anunciar pronto directrices generales para hacer frente al reto demográfico, donde abordará en concreto problemas como la natalidad y la despoblación de la nación.