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El 4 de julio entraron en vigor las restricciones comerciales de Japón sobre tres materiales claves para fabricar semiconductores en Corea. El Ministerio de Economía, Comercio e Industria de Japón decidió el 1 de julio endurecer las normas para las exportaciones con destino a Corea de ciertos componentes de alta tecnología. Así desde el 4 de julio, los proveedores japoneses deben notificar y obtener la aprobación de las autoridades competentes de su país cada vez que tengan que exportar tres materiales concretos a firmas coreanas, un trámite que podría conllevar hasta tres meses. Los tres componentes restringidos son “poliimida fluorada”, usada para fabricar pantallas de televisores y móviles, “fluoruro de hidrógeno”, empleado ampliamente en el proceso de fabricación de chips y por último, una capa fina llamada “resist” utilizada en la producción del sustrato de semiconductores. Adicionalmente, anunció que planea recopilar opiniones hasta el 24 de julio respecto a la posibilidad de eliminar a Corea de su lista blanca de países aliados, aquellos exentos de solicitar permisos de exportación de materiales con posibles aplicaciones militares. Ciertamente, esta medida afecta a la industria de semiconductores de Corea. El peor escenario es que, durante el transcurso de la evaluación, las compañías coreanas se queden sin existencias de esos materiales y no puedan seguir fabricando sus productos. Las represalias comerciales de Japón parecen impactar a Corea en un sector sensible y clave para la economía, como son los semiconductores.

El deterioro de confianza mutua fue el principal motivo que explicó el primer ministro japonés respecto a las restricciones comerciales contra Corea. La declaración del premier japonés ha sido interpretada como que las medidas adoptadas por Japón son una represalia en respuesta a la sentencia del Tribunal de Corea que ordenó a las empresas niponas compensar la explotación laboral que tuvo lugar durante el periodo colonial. El 4 de julio, el mismo día que Tokio endureció las normas de exportación hacia Corea, comenzó oficialmente la campaña electoral para la Cámara Alta, dejando entrever que también confluyen razones políticas. En tanto, Presidencia de Corea expresó que las restricciones comerciales impuestas por Japón vulneraban claramente las normas internacionales, al considerar que tenían carácter de represalia. Adicionalmente, afirmó que respondería con todas las medidas diplomáticas posibles y plantearía el caso ante la Organización Mundial de Comercio. Si el actual conflicto se intensifica, los expertos coinciden que podría representar un riesgo significativo para ambos países.