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El Gobierno anunció el 28 de febrero un nuevo paquete integral de medidas socioeconómicas destinado a minimizar el impacto del COVID-19 y a superar con rapidez el brote del virus en el país. Además, ha asignado un presupuesto complementario para hacer frente a la complicada coyuntura actual. El eje de la batería de medidas de la Administración de Seúl es impulsar el consumo. En concreto, pretende rebajar entre marzo y junio un 70% el impuesto a la compra de autos, reembolsar el 10% del impuesto a los consumidores que adquieran electrodomésticos de alta eficiencia energética, brindar reducciones tributarias en compras con tarjetas de crédito y de débito, y otorgar subsidios económicos a aquellos trabajadores con hijos menores de 8 años que tengan que pedir una excedencia por cuidado familiar debido al cierre de los jardines de infancia y guarderías, medida adoptada para frenar la extensión del virus. Adicionalmente, las autoridades coreanas contemplan reducir hasta finales del próximo año el impuesto de valor añadido (IVA) a pequeñas empresas y comerciantes que facturen menos 60 millones de wones al año, afectados por el coronavirus. También emitirán cupones de compra para impulsar las ventas y otros servicios en mercados tradicionales, y apoyarán a los propietarios que rebajen voluntariamente la renta a los pequeños comerciantes afectados por el coronavirus. Así, el Gobierno surcoreano planea inyectar unos 20 billones de wones para reactivar la economía y responder al súbito aumento de contagios por el nuevo coronavirus.

La percepción económica y las inversiones también registran deterioros ante la rápida expansión del virus y las restricciones de viajeros de Corea. Se prevé que las exportaciones en febrero hayan retrocedido por 15° mes consecutivo, mientras que para el turismo será un mal año y habrá pérdidas millonarias por la drástica caída del número de visitantes chinos a Corea. El mayor problema es que el coronavirus podría convertirse en una pandemia. A raíz de la crisis generada por el coronavirus reina el pesimismo, y algunos analistas estiman que la economía coreana crecerá este año por debajo del 2% previsto, y hasta podría registrar crecimiento cero. Ahora que la economía atraviesa una complicada coyuntura, la Administración surcoreana tiene ante sí la difícil tarea de velar por la salud del pueblo, al tiempo de activar planes de respuesta oportunos y efectivos para minimizar el impacto del COVID 19, que deja ya más de 85.000 casos en más de 60 países.