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El Fondo Monetario Internacional augura que el coronavirus provocará la peor recesión desde la Gran Depresión de la década de 1930. Por otro lado, la agencia Bloomberg pronostica que después de la pandemia, la economía coreana podría tener una recuperación en forma de V impulsada por el sector manufacturero, es decir, que vuelva a la normalidad con rapidez a sus niveles anteriores a la crisis sanitaria. En concreto, considera que la recuperación económica de cada país dependerá principalmente de su tejido industrial, y las potencias manufactureras tendrán mayor ventaja para volver a recuperar su actividad. Corea es uno de esos países, y espera que se produzca una avalancha de demanda acumulada de productos, en especial, de aquellos vinculados con las tecnologías de la información y telecomunicaciones, sectores que son la especialidad del país. 

La agencia Bloomberg proyecta que los países que dependen de la industria manufacturera y de tecnología punta, como Corea del Sur y Taiwán, podrán tener una rápida recuperación en forma de V una vez superada la crisis sanitaria. En tanto, aquellos países que basan su economía en el turismo, como Tailandia y Singapur, posiblemente afrontarán un escenario pesimista al experimentar una recuperación en forma de L, es decir, les espera un prolongado periodo de recesión. Por su lado, la industria manufacturera coreana posee un gran peso en el conjunto de la actividad económica del país, con un 27,8% al PIB nacional. En la actualidad, muchos expertos afirman que es demasiado pronto para relajar las medidas, pues un eventual rebrote pondrá en jaque el éxito del país en su larga lucha contra la pandemia. Además, ante la contracción sufrida en el segundo trimestre por el coronavirus, urgen al Gobierno a apoyar al sector manufacturero para fortalecer el ecosistema industrial del país. La era de la industria manufacturera tradicional estaba por concluir, según algunos analistas, y era necesario reformar un tejido industrial tan dependiente del sector manufacturero. También fue catalogado como “industria de chimenea con bajo valor agregado”, al ser responsable del deterioro medioambiental, así como por un elevado uso de energía y de materias primas. No obstante, ante el coronavirus, el sector manufacturero ha vuelto cobrar protagonismo y se está convirtiendo en el “salvavidas” de la economía global.