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Continúa el tira y afloja entre Estados Unidos y China. Las tensiones entre ambos países se han recrudecido tras la decisión de Washington de imponer nuevas restricciones contra el gigante tecnológico chino Huawei. El Departamento de Comercio del país norteamericano anunció el 15 de mayo que no permitirá usar equipos ni software estadounidense en diseño o producción de chips de Huawei sin permiso previo. Si bien, las restricciones de exportación eran solo para los semiconductores fabricados en Estados Unidos, tras el nuevo veto, todos los fabricantes extranjeros de chips que usen equipamiento y software de Estados Unidos tendrán que obtener una autorización previa por parte del Gobierno estadounidense para poder enviar sus productos a la firma china. En otras palabras, la tecnológica china no podrá utilizar chips con tecnología de Estados Unidos, medida que frenará la expansión de sus equipos de telecomunicaciones.

Huawei ha creado 1.500 redes en más de 170 países y regiones en los últimos treinta años y más de 3.000 millones de personas utilizan sus productos y servicios en todo el mundo. Beijing aspira a liderar la próxima revolución tecnológica de la mano de Huawei, líder indiscutible en ventas de equipamiento 5G. En esta la línea, la firma china se encuentra en el centro de batalla entre las dos mayores potencias del mundo, que intentan obtener el dominio tecnológico de los años venideros. La restricción de acceso a semiconductores con tecnología estadounidense ha afectado sobre todo a los proveedores mundiales de semiconductores como el fabricante taiwanés TSMC, y otras empresas norteamericanas como Intel y Qualcomm, que vendían sus productos a Huawei desde fábricas en el extranjero. El bloqueo a Huawei por parte de Estados Unidos tiene un efecto limitado sobre la industria de semiconductores de Corea por el momento, pero fuera del país ha sacudido a la cadena tecnológica mundial y genera una gran incertidumbre. Si bien Huawei es un rival directo de fabricantes coreanos en el mercado de semiconductores y celulares, también es un importante cliente cuyas compras en chips superan los 10 billones de wones anuales. Por tanto, un peor desempeño de Huawei podría lastrar las ventas al exterior de la industria tecnológica surcoreana, aunque a largo plazo podría ser una buena oportunidad para ganar terreno en el mercado internacional al llenar el vacío de Huawei.