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La investigación pública y privada une fuerzas en Corea para luchar contra el COVID-19. Ante el impacto generado por la crisis sanitaria, el Centro de Investigación sobre Infecciones y Virus Emergentes, entidad que depende del Instituto de Investigación de Tecnología Química de Corea (KRICT), transfirió el 9 de junio sus avances sobre COVID-19 al sector privado. Entre sus resultados, destaca una sustancia que podría servir para tratar la enfermedad, ya que tuvo efectos antivirales significativos en pruebas celulares con riñones de mono, aproximadamente 50 veces superior al Remdesivir, uno de los fármacos más usados contra el nuevo coronavirus. La pandemia del coronavirus ha paralizado la vida cotidiana y económica a nivel mundial. El uso de mascarillas y el distanciamiento social son las medidas de prevención más adoptadas para evitar la propagación del COVID-19, pero los expertos afirman que solo podrá volverse a la normalidad tras hallar una vacuna eficaz. Las investigaciones internacionales están en etapas de prueba que lidera la empresa estadounidense Moderna, que empezará los ensayos clínicos de la fase 3 en julio, mientras que la Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca lo harán en agosto. La fase tres es la última de las fases en experimentación clínica, y es donde se comprueba la seguridad y eficacia de una vacuna en miles de personas, antes de distribuirla entre la población. La carrera de la vacuna contra el COVID-19 es también una carrera millonaria, pues augura importantes beneficios económicos a sus desarrolladores. No solo beneficiará a la empresa, sino que también al país, pues impulsará el estatus económico y social de esa nación. 

La etapa siguiente a la pandemia deja entrever que habrá mayor interés por la salud. Ante este escenario, ser el primero en desarrollar un remedio seguro y eficaz contra el virus, se ha convertido en una tarea prioritaria en muchos países. El modelo de gestión sanitaria de Corea frente al coronavirus ha sido elegiado en el mundo, y eso ha favorecido a otros sectores. Mientras se preveía un fuerte descenso de las exportaciones por la crisis sanitaria, el buen hacer del país contra la pandemia ha impulsado las ventas de medicamentos, kits de diagnóstico y hasta cosméticos en el exterior. Mantener el coronavirus bajo control, ha contribuido a mejorar la imagen de los bienes y servicios coreanos, y a proyectar al país y sus empresas a nivel internacional. Actualmente, Corea es considerada una potencia en el sector TIC y semiconductores, pero si logra desarrollar un remedio o una vacuna contra el COVID-19, logrará contar con otro motor de crecimiento y avanzar en el sector biosanitario.