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El Reino Unido comenzó el 8 de diciembre la vacunación masiva contra el COVID-19, convirtiéndose en el primer país del mundo en recibir una vacuna que ha finalizado la fase tres de los ensayos clínicos. Aunque todavía queda un largo camino por recorrer, tras las noticias positivas sobre los avances en las vacunas se ve una luz al final del oscuro túnel y esperanza de volver a la vieja normalidad. Rusia, con su Sputnik V, empezó antes que Reino Unido su programa contra el coronavirus, pero surgieron dudas en torno a la eficacia y seguridad de la vacuna. Estados Unidos y Canadá no se han quedado de brazos cruzados y también planean comenzar a administrar vacunas, mientras que Alemania y Japón esperan hacerlo en enero del próximo año. Ahora que las economías avanzadas han comenzado a vacunar a su población, permitirá confirmar la efectividad de los fármacos y observar los posibles efectos secundarios que no se vieron en fases anteriores.

La carrera por asegurar el abastecimiento de vacunas contra el virus avanza con rapidez. De hecho, numerosos gobiernos, en especial los países ricos, ya han empezado a comprar millones de dosis a distintos proveedores, pues resulta impredecible por ahora saber cuáles serán más seguras y efectivas. Las autoridades surcoreanas anunciaron haber asegurado las vacunas para unos 30 millones de habitantes, cifra que aumentó el 8 de diciembre a 44 millones, garantizando dosis para el 85% de la población del país. Sin embargo, algunos expertos señalan que hace falta asegurar un mayor suministro de vacunas, como están haciendo Estados Unidos y China, países que han reservado entre dos y cinco veces más de lo necesario para cubrir a toda su población. El Gobierno pronostica aplicar las primeras dosis en abril, con el propósito de ganar tiempo en comprobar su eficacia y posibles efectos adversos. No obstante, preocupa que la demora en su distribución, en comparación con otras naciones que comenzarán a dispensarla en enero, pueda retrasar la vuelta a la normalidad y entorpecer la recuperación de la economía. La emergencia sanitaria del coronavirus ha generado numerosos cambios en la sociedad, y los expertos llaman a estar bien preparados ante la nueva normalidad que se aproxima en la “era post-pandemia”. En concreto, instan al Gobierno a elaborar medidas apropiadas de cara a fortalecer la competitividad de la industria y a contar con una estrategia de salida orientada a minimizar el impacto de esa transición.