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Después de un año de ser promulgada, la Ley de Promoción y Control de Seguridad del Hidrógeno entró en vigor en Corea el 5 de febrero del año en curso, siendo la primera de este tipo en el mundo. El hidrógeno ha ganado protagonismo en los últimos años como energía del futuro y por ser una solución viable ante los problemas actuales de la contaminación atmosférica y cambio climático. Numerosos países como la Unión Europea, Estados Unidos, China e incluso productores de petróleo del Medio Oriente, se han comprometido a neutralizar el carbono y se han sumado a la carrera por el mercado de hidrógeno, el combustible del futuro, al ser un recurso abundante e inagotable, así como una prometedora fuente de energía de cero emisiones. Por su parte, Corea del Sur está decidida a impulsar rápidamente el hidrógeno para crecer y avanzar hacia una economía baja en carbono.

Corea del Sur tiene pocos recursos naturales y en cuanto a combustibles fósiles, depende totalmente de las importaciones. El Gobierno surcoreano busca liderar la economía del hidrógeno y “descarbonizar” la economía para  2050. Así, en enero de 2019 dio a conocer la hoja de ruta y, como parte de ese plan, el Gobierno busca producir 6,2 millones de vehículos de pilas de combustible de hidrógeno y crear 1.200 estaciones de repostaje para 2040. En consonancia con la visión del Gobierno, el sector empresarial también se ha sumado en la carrera hacia un planeta libre de emisiones de carbono. En cuanto, a los coches de hidrógeno, la coreana Hyundai Motor lidera esta tecnología, encabezando las ventas globales de los primeros nueve meses del año pasado. Asimismo, los conglomerados surcoreanos se esfuerzan por convertirse en actores relevantes en su producción y exportación, como el Grupo SK, que llegó a un acuerdo para comprar un 9,9% del fabricante estadounidense de pilas de combustible Plug Power. En tanto, los tres grandes astilleros de Corea, Industrias Pesadas Samsung, Industrias Pesadas Hyundai y DSME (Daewoo Shipbuiling & Marine Engineering), han comenzado a desarrollar buques no contaminantes de hidrógeno. Por último, las siderúrgicas POSCO y Hyundai Steel se han unido a esta revolución, aprovechando los subproductos de hidrógeno generados durante el proceso de producción del acero. El hidrógeno puede ser catalogado en tres colores: gris, azul y verde. El hidrógeno verde, obtenido a través de fuentes renovables de energía, es considerado como el más ecológico y la opción más atractiva para la descarbonización de la economía en los próximos diez años. No obstante, esta tecnología presenta grandes retos para su implementación, como su elevado coste de producción y su uso en transporte de larga distancia.