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En un comunicado conjunto publicado el 11 de abril, LG Energy Solution y SK Innovation anunciaron haber llegado a un acuerdo para poner fin a su prolongada disputa sobre patentes de baterías, mantenida durante 713 días. Así, las dos empresas surcoreanas se comprometieron a abandonar todos los pleitos legales dentro y fuera del país y a no entablar más demandas durante los próximos diez años. El pacto ha sido bien acogido por la industria nacional, al ser considerado como una buena oportunidad para que las baterías surcoreanas ganen mayor presencia en el mercado internacional. La Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos (ITC) falló en febrero a favor de LG, que había denunciado a SK por apropiación indebida de información confidencial sobre baterías para vehículos eléctricos. El acuerdo alcanzado a última hora entre los dos fabricantes coreanos, un día antes de la fecha límite que tenía el presidente Joe Biden para intervenir en el dictamen del panel de comercio estadounidense, deja sin efecto la prohibición por diez años de importación y producción de baterías de ion de litio de SK en Estados Unidos. Adicionalmente, da luz verde a la construcción de la fábrica de baterías de SK en Georgia, Estados Unidos y suministro de sus baterías a Ford y Volkswagen. Cabe señalar que LG anunció previamente que planeaba invertir 5 billones de wones en ampliar sus negocios de baterías en Estados Unidos. Sin duda, los dos billones de wones que pagará SK a LG como compensación, podrán aliviar la carga financiera de los planes de inversión de LG. El acuerdo de no interponer más demandas en los siguientes diez años es también una buena noticia, pues permitirá a los dos fabricantes coreanos enfocarse en sus negocios y dejar de distraerse con temas legales. Preocupaba que, de alargarse la disputa comercial, esa situación solo favoreciese a sus rivales extranjeros, pero tras el reciente acuerdo, la industria nacional de baterías se prepara para despegar. 

Las dos empresas coreanas podrán lograr una posición privilegiada en el mercado estadounidense, donde se espera un incremento de la demanda de vehículos eléctricos, impulsada por la política ambiental de Joe Biden. Ante este escenario, SK planea invertir adicionalmente hasta el 2025 un monto de 2.400 millones de dólares en sus plantas de Georgia, mientras que LG tiene previsto construir, hasta la misma fecha, al menos dos nuevas fábricas en Estados Unidos, con objeto de incrementar más su capacidad de producción y copar alrededor del 25% del mercado de esa nación.