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Cultura

‘El cuaderno de notas de Hansan’, de Hae Yi Soo

2021-05-25

ⓒ Getty Images Bank

Tomé un sorbo del café con azúcar de 1000 wones y me puse los auriculares para luego activar la grabadora de voz. Allí guardaba más de treinta archivos de audio grabados en los últimos quince días, de entrevistas realizadas a comerciantes, vendedores de la calle y otras personas. 

Durante ese invierno, de frecuentes nevadas y olas de frío, recorrí todos los rincones del pueblo Hansan con un cuaderno de notas y una grabadora.


천 원짜리 설탕 커피를 한 모금 홀짝였다.

그리고 이어폰을 끼고 보이스레코더를 작동시켰다.

지난 보름간 녹취한 음성 파일은 30건이 넘었다.

인터뷰 대상은 모시 생산자와 시장 상인

그리고 노점상 등으로 다양했다.


대설주의보와 한파주의보가 하루걸러 내려지는 올겨울에

나는 보이스레코더와 수첩을 들고

한산면을 헤집고 다녔다.



Entrevista a la crítico literaria Jeon So Yeong:

El protagonista es un escritor que apenas sale de su habitación, pero al alejarse de su escritorio y ver el transcurrir diario de la gente y escuchar lo que tienen para contarle, su escritura comienza a cobrar vida. El relato explica que el verdadero escritor no es el que está en una habitación confortable y sentado frente a la pantalla, sino el que sale a la calle a pesar del frío, y escucha las voces de la gente. 



A diferencia de otros restaurantes de pollo frito, en el local no había mesas. En su lugar, había dos escritorios de estudiante: uno de ellos ocupado por un niño de unos diez u once años, y el otro por un chico adolescente que debía estar en secundaria.

Al fondo a la derecha, frente a la freidora, la madre leía el diario. El padre estaba sentado en un banquito junto a la puerta, preparando un pedido para llevar. Pese a que el local era diminuto, se veía que cada uno de los miembros de la familia hacía su tarea intentando no solo no molestar al otro, sino colaborar con el resto. 

Pensé para mis adentros que no era un restaurante de pollo frito, sino una biblioteca. En ningún momento los chicos apartaron la vista de sus libros o cambiaron de postura ni se distrajeron haciendo otras cosas. Por supuesto, tampoco se adormilaron. 

Por alguna razón, se me llenaron los ojos de lágrimas al contemplar a esta familia, mientras afuera se había hecho de noche y caía la nieve como gruesos copos de algodón. Los padres parecían sobrellevar el cansancio del trabajo y las durezas de la vida por la satisfacción de ver a sus hijos estudiando; y los chicos se esforzaban por ampliar su horizonte intelectual en el mismo lugar donde trabajaban sus padres sin quejarse.


이 가게는 여느 치킨집이면 구비하기 마련인 손님용 테이블이 없다.

대신 두 개의 학생용 책상이 있다.

초등학교 고학년으로 보이는 아이는 좌측 벽의 책상에 앉아 있고,

중학생쯤 되는 큰 아이는 출입구에 등을 보이고 앉아 있다.


우측 사이드의 튀김 조리시설 앞에는 어머니가 신문을 읽고 있다.

아버지는 출입구의 작은 의자에 앉아서 

공부하는 두 아들의 등을 보며 배달을 준비하고 있다.

그 가족은 한 두 걸음이면 닿을 거리임에도 불구하고

서로 조심하며 독려하는 듯 보였다.


목화솜 같은 눈송이가 펄펄 내리는 밤거리에 서서

그 가족을 보고 있으면 까닭없이 눈물이 핑돌았다.

아버지와 어머니는 아이들이 공부하는 뒷모습을 보며

노동의 피로와 쪼들리는 살림살이를 감내하는 듯 여겨졌다.

그리고 아이들은 아버지와 어머니의 삶의 현장에서

아무런 불평없이 정신적 지평을 넓히는 데 열중이었다.




Autor:

Hae Yi Soo nació en 1973 en Suwon, provincia de Gyeonggido. Debutó como escritor con el relato ‘El desierto donde viven los canguros’. En 2016 recibió el premio Retrato del Joven Artista de Hoy. 

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