En 2013 se cumplen 60 años del armisticio que puso fin al fuego de la Guerra de Corea. Para conmemorar este hecho, hasta el pasado 10 de marzo se ofreció en el pequeño teatro Chungmu Art Hall de Seúl el musical “La diosa está mirando”, que transcurre con el trasfondo de la Guerra de Corea. El capitán surcoreano Han Yeong Beom, zarpa del puerto a bordo de un barco que se dirige a un campo de prisioneros transportando a cuatro soldados norcoreanos. De pronto, una fuerte tormenta se cierne sobre la embarcación, que termina naufragando en una isla desierta. El único que puede reparar el barco para que todos puedan abandonar la isla, es el soldado norcoreano Ryu Sun Ho; pero no está en condiciones de hacerlo porque sufre un fuerte shock emocional debido a que ha perdido a su hermano en los bombardeos. Ante esta desesperada situación, el capitán surcoreano Han Yeong Beom, inventa la existencia de una diosa en la isla, para convencer al soldado que ha perdido sus cabales de que repare el barco. Los demás soldados también fingen creer en la diosa y tratan de llevarse bien entre ellos, con el pretexto de que es el deseo de la diosa. Al principio sólo lo aparentan; pero durante el proceso se van conociendo y se van haciendo amigos de verdad, logrando crear una comunidad ideal basada en la humanidad. Aunque de la mano de una mentira, la paz llega a la isla y por un tiempo los hombres olvidan que son soldados y que están guerra. Sin embargo, un día avistan en el horizonte un barco de exploración surcoreano, que hace que los soldados tomen de nuevo las armas. Esta situación crítica es salvada de manera imprevista por el soldado Ryu Sun Ho, que invoca a la diosa y le pide que le dé fuerzas. De este modo, recupera la cordura y exhorta a sus compañeros que no se hagan daño. Antes de que el barco se acerque a la isla, los soldados surcoreanos y norcoreanos se separan para ir en direcciones contrarias deseándose buena suerte. El musical termina en este punto, sin precisar si los soldados norcoreanos son tomados presos, si los soldados surcoreanos son rescatados, o si el barco se marcha sin encontrar a nadie en la isla. El musical “La diosa está mirando” tiene un final abierto y sin resolución, al igual que sigue abierta la situación conflictiva de península coreana. A pesar de ser una obra de tema militar y bélico, el musical “La diosa está mirando” es tanto o más conmovedor que un musical romántico. Además de la historia, a ello contribuye la excelente música de la obra, que es interpretada por una banda de cuatro músicos que interpreta en vivo. En lugar de despertar los recuerdos del enfrentamiento ideológico, el musical “La diosa está mirando” ofrece un mensaje de unión y reconciliación fraternal, que reconforta el corazón dolorido de los que sufrieron la guerra; a la par que enseña a los jóvenes que la paz es un valor que a toda costa debe mantenerse.