El pasado 8 de diciembre hubo un recital muy especial en la Galería Inter Alia de Seúl. Era un recital organizado por cantantes de ópera de primera línea para apoyar a una colega joven y talentosa, que está dando sus primeros pasos en el mundo de la música. La donación del talento personal es toda una nueva tendencia en Corea. Consiste en donar una habilidad o capacidad personal a la sociedad, del mismo modo que contribuimos con dinero para ayudar a alguien que lo necesita. Todo se puede donar, desde la voz para grabar audiolibros para discapacitados visuales, hasta el ofrecimiento de asesoramiento legal o médico. Incluso se han creado muchos centros de donaciones de talento personal, donde todo el que lo desee puede ofrecer su saber y capacidad a quien lo necesite. El grupo de destacados cantantes de ópera que organiza recitales para ayudar a sus colegas más jóvenes, ofreció su primera actuación el otoño pasado, y planean repetir estas actuaciones cada tres meses. El lugar del recital no es un teatro sino una galería de arte. No hay separación entre público y escenario y el ambiente es el de un salón como los de antaño, donde los artistas cantaban frente a los espectadores, viéndose mutuamente las caras y escuchando hasta su respiración. La donación del talento personal se manifiesta también otras esferas de la cultura y el arte, como el cine. En noviembre se estrenó la película “El hombre de la maleta de metal”, que relata la historia real de Kim Woo Su, un joven huérfano que trabajaba como repartidor de un restaurante de comida china y que, con su sueldo de unos 700 dólares, ayudaba a cinco niños necesitados. Sin embargo, hoy es imposible conocer a su protagonista, pues falleció el año pasado en un accidente de tráfico. El director Yoon Hak Nyeol se sintió conmovido por su historia y decidió contarla a través de un filme. En diez días escribió el guión de la película y se lanzó a realizarla. Conmovidos por la historia, actores, músicos y productores de primera línea donaron voluntariamente su talento para hacer el filme. Así comenzó el milagro. Fue como si el espíritu de solidaridad que animara en vida al protagonista de la película, se hubiera contagiado entre todos los participantes del filme. Al saberse que la película se había hecho enteramente mediante la donación personal y desinteresada de todos los participantes, los espectadores vieron el filme con más interés y emoción. Hoy es Navidad en Corea y en el mundo. Más allá de la religión y la ideología de cada uno, es una fecha en que recordamos que la solidaridad es un valor universal. Aún en los tiempos más difíciles, entre todos podemos salir adelante si compartimos lo que tenemos, sea mucho o poco, con nuestro prójimo.