En estos días están soplando fuertes vientos vegetarianos en la mesa coreana. Según la Liga Vegetariana de Corea, el 2% de la población de Corea es vegetariana. En países como India y Taiwán, el 20% de la población es vegetariana por razones religiosas. Entre los países occidentales, el 12% de la población de Inglaterra y el 5% de la población de EE.UU. practica el vegetarianismo. Si bien en comparación con estas cifras, el número de vegetarianos es todavía pequeño en Corea, todavía seguirá creciendo, puesto que el 20% de la población se manifiesta favorable a esta práctica alimentaria. En la actualidad, hay en Corea unos 300 restaurantes vegetarianos y su número crece día a día. La razón principal que manifiestan los vegetarianos para practicar este manera de alimentarse es el cuidado de la salud. Es el resultado natural del rápido aumento de personas que padecen de obesidad, hipertensión arterial, diabetes, enfermedades coronarias y problemas en el metabolismo. A diferencia de lo que piensa la gente, el mundo del vegetarianismo es sumamente amplio. Están los que sólo se privan de las carnes rojas, los que admiten sólo los pescados y mariscos, los que aceptan comer huevos y leche, los que sólo aceptan la leche, los que sólo comen frutas y los vegetarianos en el sentido más estricto que no comen nada que lleve leche o huevos. Muchas veces la práctica vegetariana se asocia también a un estilo de vida, pero lo ideal es eligir el grado de vegetarianismo según el estado físico de cada uno. El vegetarianismo empezó a cundir también entre los jóvenes. Por ejemplo, en la Universidad Nacional de Seúl existe un club universitario llamado “Campo de frijoles”, que está desplegando una intensa actividad para difundir el vegetarianismo entre los estudiantes. Gracias a la actividad de promoción del vegetarianismo que desplegaron, en la actualidad hay dos restaurantes especializados en comida vegetariana en la Universidad Nacional de Seúl. Además de la preocupación por la salud, hay mucha gente que se hace vegetariana por preocupaciones ecológicas y éticas por estar en contra del sufrimiento de los animales. Los beneficios de no comer carne no se circunscriben al medio ambiente y a los derechos de los animales sino que también pueden contribuir a paliar el hambre en el mundo. El ganado del que obtenemos la carne se alimenta de granos. Cada cabeza de ganado come al día el equivalente de lo que comerían diez personas con esa misma cantidad de granos. En otras palabras, para alimentar cada cabeza de ganado les estamos quitando la comida a diez personas. En cambio, la carne que se obtiene de este ganado no alcanza a alimentar tantas personas ni está alcance de las personas de bajos recursos. Al día se mueren 25 mil personas de hambre, que al año suman 15 millones de personas. Si todo el mundo se hiciera vegetariano, sobrarían los granos en el mundo y bajarían de precio, de modo que alimentarían a muchas más personas. Muchas personas desconocen que estamos destruyendo el medio ambiente por comer tanta carne. Esto es porque el 50% de los gases que producen el efecto invernadero provienen de los eructos y ventosidades que emite el ganado. También porque destruimos bosques y selvas para aumentar la extensión de las tierras de pastoreo y porque las heces del ganado contaminan los ríos y matan a los peces. Si bien todavía las opiniones son encontradas y se dividen en vegetarianos y personas defensoras del consumo de la carne, cada vez hay más consenso que es preciso comer menos carne y más verduras para cuidar de nuestra salud. Reflejando esta tendencia, las cifras muestran que el consumo de granos el año pasado aumentó un 17% con respecto al año anterior y que creció un 50% el consumo de alimentos hechos a base de granos. Por otra parte, desde las redes sociales se impulsan campañas para dejar de comer carne un día a la semana. Ya sea por nuestra salud o pensando en el medio ambiente y los animales, el vegetarianismo está echando raíces cada vez más fuertes en Corea.