La imagen de un padre coreano común y corriente hasta la fecha, era la de una persona que se va temprano al trabajo, llega a la hora de cenar, lee el diario o ve la televisión antes de irse a dormir, llega tarde y bebido una o dos veces por semana, y duerme todo el día los fines de semana. Sin embargo, últimamente los papás están cambiando. Poco a poco abandonan esta imagen de personas serias y cuya presencia se nota poco o nada en la casa, al mostrar que no tienen reparos en expresar el cariño por sus hijos; al haberse convertido en los grandes compañeros de juegos de sus pequeños. La televisión y el cine refleja esta nueva imagen de los padres. Recientemente tuvo gran repercusión la telenovela de KBS “Mi hija Seoyeong”, que trata acerca de un padre demasiado estricto y distante, que se transforma en un padre afectuoso y sacrificado. Por otra parte, la película “El milagro de la celda número 7”, que trata del amor paternal, atrajo a 12 millones de espectadores y se convirtió en la tercera película más vista de la historia. Kim Dong Kwon vive en Bangbae, en el distrito de Seocho, Seúl, y tiene un blog que es seguido por 50.000 lectores. El blog se llama “Diez minutos de juego con papá”. Al unir sus mentes, él y su hijo idean juguetes y juegos para pasar divertidos ratos juntos. Así, de ser un papá distante que daba miedo, se convirtió en el mejor amigo de su hijo. Kwon Oh Jin es especialista en juegos y es el director de la Escuela de Juegos para Padres. En 2009 creó una comunidad en internet con este nombre, que en la actualidad cuenta con más de 2.600 socios. Se trata de un espacio exclusivo para padres, en donde comparten casos y experiencias, a fin de llegar a ser buenos papás para sus hijos. En estos días, hay incluso compañías que promueven mediante charlas y programas educativos, que sus empleados sean buenos padres en sus casas. Esto es porque la felicidad familiar se traduce en un mejor rendimiento laboral. Hunet es una compañía que ofrece cursos para empresas y tiene un programa llamado Escuela de Padres Felices. Durante el curso, los padres no sólo aprenden a ser amigos y mentores de sus hijos; sino también a ser buenos maridos y cabezas de familia. El cambio de actitud de los padres se trasluce enseguida en el comportamiento de los niños, y todo redunda en la felicidad y armonía familiar. En el pasado, los hombres pensaban que bastaba casarse y tener hijos para convertirse automáticamente en padres, pero ahora cunde cada vez más la idea de que es un rol que debe asumirse con suficiente preparación y reflexión. Como reflejo de esta nueva tendencia social, últimamente abundan los viajes, las actividades, los libros y las publicaciones, que tienen como meta mejorar la relación entre padres e hijos. En estos tiempos en que lo común es tener uno o dos hijos, el nuevo rol de padre que demanda la familia actual, ya no es el de padre frío y autoritario de antaño sino el de un padre que es como un amigo íntimo de toda la vida.