El pasado domingo 26 de mayo se reunieron los miembros del club de fotografía “Revelación” en el parque Jongma de Wondang, en la provincia de Gyeonggi. Dicha cita fue parte del encuentro fotográfico al aire libre que realizan una vez al mes. Aunque “Revelación” es un club de fotografía que aún no tiene ni un año de existencia, ya cuenta con 750 miembros on-line. Los socios aprovechan estas sesiones fotográficas -que hacen una vez al mes- para resolver sus dudas y aprender de los compañeros con más experiencia. La fotografía ya no es una afición reservada a unos pocos. Dejamos atrás la era de las cámaras manuales -que requerían de preparación para ser manipuladas- y vivimos en una era en la que todo el mundo puede tomar buenas fotos con la cámara de su teléfono inteligente. Y gracias al desarrollo de internet, mucha gente tiene como afición subir fotos a las redes sociales, para compartir su vida cotidiana con los amigos y conocidos. Las cámaras registran hasta el menor detalle, no sólo de paisajes y lugares turísticos; sino también de restaurantes, cafeterías, calles, tiendas… y cualquier otro lugar que merezca la pena ser recordado o compartido con los demás. Es el gran regalo de esta era digital, que nos permite apretar el disparador de la cámara en todo momento y lugar. Es cierto que ahora es mucho más fácil tomar fotos que antes, pero justamente por eso, a la gente le surge el deseo de conseguir fotografías más artísticas. Y después de aprender un poco, lo cierto es que las fotos salen muy diferentes. Tras hacer un curso de fotografía donde aprender los rudimentos técnicos, muchos deciden inscribirse a un club de fotografía. Allí hacen nuevas amistades, hacen consultas y reciben opiniones autorizadas y objetivas sobre sus fotos. Kim In Ho trabaja en una empresa que comercializa productos al por menor. Comenzó a aprender fotografía como afición, pero ahora es un fotógrafo profesional que participa en exposiciones y ferias internacionales. Kim In Ho se convirtió en fotógrafo con estilo propio, cuando comenzó a interesarse en las imágenes que se reflejan en el agua. Aunque cualquiera puede dedicarse a la fotografía como afición, sacar fotos con una temática propia y un sello personal es otra cosa. Como opina mucha gente que comparte esta afición, la fotografía es una excelente terapia para el alma. Capturando las impresiones más gratas que nos ofrecen las cosas, a través de la lente de una cámara, el mundo se ve con otros ojos… mucho más hermoso. Quien ajusta la cámara para tomar las fotografías es una persona, por eso, las fotos reflejan el alma de esa persona. Y aunque sea el mismo paisaje, nunca se obtienen dos imágenes iguales. Quizá ese sea el mayor atractivo de la fotografía.