En el escenario al aire libre del Centro de las Artes de Seúl, los bailarines ejecutan su repertorio siguiendo los sones de los “Sonidos de la primavera” de Johann Strauss. Al terminar la presentación, el público coronó la actuación con un caluroso aplauso. Esta grata ocasión en que un género nada masivo como es el ballet se encontró con el público común y corriente fue el Festival de Ballet de Corea. Comenzó el pasado 1 de junio y se prolonga hasta el 13 de julio, a lo largo de un mes y medio. Son 15 compañías de ballet que efectúan un total de 35 funciones. Las dos ediciones anteriores sólo tuvieron una duración de dos semanas, pero a partir de esta edición, su duración se ha ampliado a un mes y medio. Además de las estrellas nacientes del ballet actual Choe Tae Ji y Moon Hun Suk, son muchos los bailarines que se han logrado renombre internacional, como la legendaria Gang Su Jin del Ballet de Stuttgart, Seo Hee, bailarina principal del American Ballet Theater, o el bailarín Kim Hyeon Wung que ha ingresado recientemente al Ballet de Washington. Como bien ilustra el desempeño de estos bailarines coreanos de talla internacional, Corea es actualmente una estrella emergente en el mundo del ballet. Las obras “El misterio de la vida y la muerte de Tchaikovsky” del Ballet Nacional y “Onegin” del Ballet Universal, son actuciones de alto nivel, ya que ambas son compañías de ballet profesionales. En cambio, las presentaciones que se realizan en el Pequeño Teatro Libre pertenecen a coreógrafos muy prometedores que recién empiezan su carrera. Por su parte, las producciones de coreógrafos experimentados que se realizan en el teatro CJ Towol, se caracterizan por su calidad y madurez. Por último, las presentaciones al aire libre están acompañadas por explicaciones que ayudan a que la audiencia aprecie mejor el ballet. La obra “Libre de peso”, que pertenece al coreógrafo emergente Jeong Hyeong Il, está compuesta de dos actos y describe el anhelo humano de liberarse de las ataduras de la realidad. La primera parte de la obra muestra la vida en el espacio sideral y muestra cuán libres serían nuestros movimientos en un espacio sin gravedad. La segunda parte muestra las ataduras y obstáculos que experimentamos en la vida real. Debido a la originalidad de la concepción y al impresionante desempeño de los bailarines, el público disfrutó plenamente de esta obra. Por otra parte, gracias a la cercanía del escenario y la platea, la emoción que transmitían los gráciles movimientos de los bailarines fue inmediata. Por su parte, la obra “Los muñecos duendes” es un ballet que bien puede ser disfrutado por los niños. Todos los años, a través del Festival de Ballet de Corea, un público mayoritario tiene la oportunidad de familiarizarse con este género; y disfrutar de la calidad y el nivel del ballet coreano, que está a la altura de los mejores del mundo.