Se escuchan sonidos de tambores y de objetos metálicos que no parecen instrumentos musicales. La armonía que nace de estos sonidos disímiles es el núcleo del espectáculo performativo de percusión “Tems”. Este espectáculo no verbal que se está ofreciendo en la Sala Conmemorativa de la Historia y la Cultura del Budismo Coreano, se realiza con 26 instrumentos de percusión budistas y objetos de uso cotidiano en los templos que han sido traídos al escenario. El público disfrutó atónito con la asombrosa transformación de estos enseres cotidianos. Los instrumentos budistas cumplen el papel de transmitir las enseñanzas de Buda y al mismo tiempo alejar a los malos espíritus. El tambor, el pez de madera, la campana, el gong, el “gyeongse”, el “jukbi”, el “bara” son instrumentos rituales del budismo. Ellos transmiten a través de su sonido el deseo de felicidad para todas las criaturas de este mundo, y al mismo tiempo aclaran la mente de los monjes, para que puedan realizar su disciplina espiritual con la conciencia despierta y sin adormilarse. La historia de “Tems” se desarrolla durante un programa de estancia en un templo budista. Los personajes de la obra se inscriben en el programa para robar del templo una estatua de Buda. En “Tems” aparecen representados los seis deseos humanos en estos seis personajes: el glotón que no piensa más que en la comida, el libidinoso que considera a todas las personas del sexo opuesto como objetos del deseo carnal, una mujer que sólo persigue la belleza exterior, otra mujer deseosa de poder, la pesimista que ve lo peor en todas las cosas, y un hombre misterioso que no pronuncia una sola palabra. Para robar la estatua de Buda tienen que robar la llave que un monje alto y grueso lleva en la cintura. Con mucha dificultad logran robar la llave, pero ésta se queda colgada de una caja de caudales. Tratan de sacudir la caja, pero ésta apenas se mueve. Como los seis no alcanzan para producir la suficiente vibración, piden la ayuda del público para tocar el tambor entre todos. Siguiendo mímicamente los movimientos de las manos de los intérpretes en la escena, la audiencia también toca el tambor. Al poco rato, el público también siente que la paz se adueña de su corazón gracias al vibrante y repetitivo sonido de los tambores. A pesar de que el público participa en tocar los tambores, los seis personajes no logran hacer caer la llave. Entonces se dan cuenta de que la vida que han llevado persiguiendo el dinero y la riqueza material es falsa, y abandonan su propósito de robar la estatua de Buda. Con seguridad, el espectáculo performativo “Tems” será recordado por todos los que lo vean como una obra capaz de curar el corazón de las personas.