El Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Seúl, inaugurado el pasado 12 de noviembre, se encuentra frente a la muralla este del palacio Gyeongbokgung. El predio de más de 52.000 m2 tiene una gran importancia histórica.



En él podemos encontrar un edificio de ladrillos rojos que fue construido a fines de los años 20, y fue utilizado como hospital durante la dominación japonesa. Después de la emancipación, fue un hospital militar y luego la sede del Comando de Seguridad y Defensa. Detrás se ve un edificio tradicional que es el archivo genealógico de la familia real. Entre ambos se encuentra el edificio recién construido del museo, de modo que en un mismo lugar se pueden ver tres estilos arquitectónicos de la época moderna y contemporánea de Corea.



Como el nuevo museo se construyó en un sitio histórico, fue diseñado para congeniar a la vez tradición y modernidad. Se buscó no sólo que armonizara con el palacio Gyeongbokgung, sino que destacara el edificio del archivo genealógico de la dinastía Joseon. La meta era, pues, crear un museo que pasara casi desapercibido. Por esta razón, el edificio tiene la forma de un giguantesco cubo blanco. En el edificio que no se diferencia una cara delantera y otra posterior. Incluso más que un edificio, es una urbanización, una pequeña ciudad. Por eso recorren el Museo multitud de calles, siempre abiertas al público, en las que se pueden encontrar cafeterías y restaurantes.



La idea es que la gente pueda visitarlo de forma casual y natural, como si fueran de paseo. Al no estar rodeado de muros, la gente puede acceder al Museo desde cualquier parte, y si lo desea puede pasear por su recinto las 24 hs del día. Para que todos los visitantes se sientan bien recibidos, lo primero que encuentran –lleguen por donde lleguen- es un patio abierto. En total son doce patios los que, además de permitir descansar, conducen a otros recintos. Actualmente el Museo acoge cinco exposiciones. La primera es de obras que son propiedad del Museo. Esta exposición se titula “El espíritu de la época” y está compuesta por obras que reflejan la historia y los sucesos más representativos de cada periodo. La segunda exposición se llama “Unión y despliegue”, pues tiene como propósito unir el arte coreano con el arte del mundo. En su realización participaron siete curadores de distintas partes del mundo, cada uno de los cuales envió una obra que tiene como tema la unión.



La tercera exposición se llama “Proyecto Aleph” e incorpora diferentes especialidades, como la astronomía, la ingeniería mecánica o las ciencias de la computación. Se trata de un nuevo tipo de arte que está orientado al futuro. La cuarta es la instalación de tela de Suh Do Ho, que es parte del proyecto “arte para un espacio específico”, en el que un artista es invitado a producir la obra que mejor represente un espacio concreto. La quinta exposición muestra fotos y archivos de sonido que recogen el proceso de creación del Museo, desde la elección del predio hasta su edificación y finalización.