Hay más gente de lo que parece con problemas de dicción o para hablar en público. Para estas personas una entrevista de trabajo o de ingreso a la universidad, puede ser un tormento y una barrera difícil de franquear. Vivimos en una época en que la comunicación es fundamental. La elocuencia nos ayuda a causar una buena impresión y a obtener la simpatía de la gente, por lo que es indispensable para las relaciones humanas. El habla es una capacidad que sólo poseemos los seres humanos. Al igual que los griegos hacían en el “ágora”, los romanos se reunían en el “forum”, un espacio abierto en medio de la ciudad donde la gente se reunía para manifestar su opinión y celebrar debates públicos.



No es exagerado decir que la civilización humana se ha desarrollado a través del debate y la polémica. Sin embargo, diversos avances de la comunicación digital, como son las redes sociales y los teléfonos inteligentes, están haciendo que la gente se comunique menos cara a cara. Muchas personas prefieren sumergirse en su smartphone a entablar una comunicación humana real. Los mensajes cortos y las fotografías están reemplanzando a las conversaciones largas y tendidas. Todo el mundo vive tan ajetreado que hasta falta tiempo para conversar en familia. En cambio, entre debates, entrevistas y presentaciones, cada vez se exige más en la escuela y en el trabajo que uno sepa expresarse correctamente en público. En esta era competitiva que vivimos, saber expresarse adecuadamente es fundamental para destacar y tener éxito. Lo primero de todo es cimentar la confianza en uno mismo, pues en el fondo, el problema que tienen todos los que vienen a la academia es que les falta seguridad. En las clases de oratoria se comienza aprendiendo respiración abdominal, se sigue con la corrección de la entonación, y posteriormente se trabaja la expresión oral, para finalmente concentrarse en el lenguaje del rostro. El curso suele durar dos meses y al finalizarlo se suele experimentar una mejora considerable de la comunicación verbal. Nos encontramos en una academia de oratoria para niños. Pequeños de la escuela primaria se reúnen en este lugar para aprender básicamente lo mismo que aprenden los mayores en una academia de este tipo. Las escuelas han adoptado un método de enseñanza que se basa en el lenguaje narrativo.



Por esta razón, un niño no será considerado buen estudiante si no sabe expresar sus ideas y conocimientos de una manera fluida y comprensible. Los niños de los grados inferiores vienen a la academia para ganar confianza en sí mismos y mejorar la pronunciación; mientras que los niños de grados superiores vienen porque desean ser elegidos como representantes de su clase.