En el Salón de Arte Chungmu de Seúl se está representando el musical “Frankenstein”. Aunque se basa en la novela del mismo nombre que escribió Mary Shelley en 1818, se trata de una producción original coreana. Los musicales de creación nacional con mayor éxito han sido “La última emperatriz” y “El héroe”, basados en episodios de la historia de Corea. Pero si bien han sido muy exitosos en Corea, no han podido recibir la atención que merecían en el extranjero, pues su trasfondo histórico y cultural es desconocido fuera de las fronteras de Corea. “Frankenstein”, en cambio, constituye una fuente inagotable de inspiración para el cine, el teatro y la televisión de todo el mundo desde hace dos siglos.



En otras palabras, es un tema conocido y atractivo para todos. El protagonista del musical “Frankenstein” es Víctor Frankenstein, un científico que perdió a sus padres cuando era pequeño y que se considera maldecido por Dios. Para librarse de esta maldición, sueña con emular el poder divino de crear vida. Víctor Frankenstein conoce durante la guerra a Henry Dupre, que es un gran maestro en el arte de realizar suturas. Este personaje que no aparece en la novela original inglesa -y deviene luego en el monstruo de Frankenstein- es el elemento original que introduce la producción coreana. La producción de “Frankenstein” costó casi 4 millones de dólares en total, de los cuales solamente la escenografía sumó más 100.000 dólares. Gracias a ello, los mecanismos escenográficos que utiliza pueden transformar el escenario en un salón de baile o en un campo de batalla en sólo cuestión de segundos. Henry muere en la guillotina por encubrir a su amigo y su última voluntad es que se utilice su cuerpo en aras de la ciencia. Víctor intenta traer a la vida el cuerpo de su amigo, pero lo que Víctor revive no es a su amigo Henry sino a un monstruo. Así las cosas, el monstruo y su creador se encuentran finalmente en el Polo Norte. Azotados por un viento glacial, ambos se apuntan con una pistola para destruirse. Víctor dispara al monstruo al corazón, pero el monstruo le dispara en la pierna para no matar al hombre que lo ha creado.



En la novela inglesa, Víctor se suicida porque el monstruo mata a su prometida, lo cual desencadena también el sucidio del monstruo. En el musical coreano, en cambio, Víctor queda condenado a vivir el resto de su vida sumido en un dolor más lacerante que la propia muerte. Estrenada el pasado 18 de marzo, los primeros pasos de este musical de producción coreana son muy prometedores. A solo un mes de su estreno, “Frankenstein” ya ha sido visto por 40.000 espectadores, por lo que además de las 80 funciones previstas, se realizarán 9 funciones adicionales. Además, ya ha comenzado a recibir solicitudes de licencia del exterior; por lo que, de ser básicamente un país consumidor de contenidos en el mercado mundial del espectáculo, gracias al éxito de “Frankenstein”, Corea está a un paso de transformarse en un país productor de contenidos.