Menú principal Ver contenido
Go Top

Cultura

La música palaciega

2019-04-03


Siguiendo a Confucio, los antiguos coreanos pensaban que la política se fundaba en la cortesía o “ye” y en la música o “ak”. Se preguntarán qué tiene que ver la cortesía y la música con la política. Según el confucianismo, la cortesía deriva de aceptar las diferencias. Una vez que aceptamos que todos somos diferentes, nace el respeto y la expresión de ese respeto es la cortesía o etiqueta. Por otra parte, la música es el reflejo de las emociones de nuestro corazón y tiene la capacidad de armonizar las diferencias. En el mundo existen todo tipo de personas. Algunas disfrutan de un alto estatus social y otras ocupan los estratos más bajos. Algunas son ricas y nadan en dinero, mientras que otras son tan pobres que apenas pueden comer. Según el pensamiento confucianista, la cortesía construye el orden social y la música diluye las diferencias, sean estas sociales, genéricas, ideológicas o culturales. Por esta razón, la dinastía Joseon le concedió un lugar muy importante a la música. De todas las piezas musicales palaciegas conservadas, la más excepcional es “Sujecheon”. Significa literalmente “la vida paralela al cielo” y expresa el deseo de una vida larga y saludable. Si se dejan llevar por su ritmo moroso, podrán sentir que su respiración se torna lenta y profunda. 

“Sujecheon” (primer movimiento) - Orquesta de Música Cortesana del Centro Nacional de Gugak  


Algunos músicos occidentales que escucharon este tema manifestaron que era como si la música celestial hubiera descendido al mundo terrenal, o como una brisa refrescante que borra la fealdad del mundo industrializado. Sin ir tan lejos, no hay duda de que es una música muy diferente de la que conocemos. Como en los tiempos de Joseon creían que la cortesía y la música eran los pilares de la política, algunos reyes fueron grandes músicos. El más conocido y talentoso fue el Gran Rey Sejong, quien compuso la música ceremonial del santuario Jongmyo, declarada por la UNESCO como Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad. Otro miembro de la realeza que fue un importante compositor fue el príncipe Hyomyeong, quien a principios del siglo XIX reemplazó temporalmente en el gobierno a su padre el rey Sunjo cuando este cayó enfermo. En ese entonces los parientes de la línea materna del rey tenían el poder real en la Corte, por lo que no le resultó fácil gobernar al joven príncipe. Además de introducir talentos nuevos en la corte, se esforzó por unir las facciones políticas a través de la música. Una de sus creaciones fue “Chunaengjeon”, que compuso y bailó él mismo para celebrar el natalicio número 40 de su madre. La pieza describe un cuclillo volando entre los sauces en primavera y la interpreta un único bailarín vestido de amarillo sobre una estera de bambú. 

“Chunaengjeon” (instr.) – Jeong Jae Guk en el piri, Park Yong Ho en el daegeum, Jeong Su Nyeon en el haegeum y Kim Kwang Seob en el janggu


“Chunaengjeon” es la única pieza coreográfica de palacio compuesta para un único bailarín. Como la expresión corporal está limitada a la superficie de la estera de bambú, los movimientos son poco ampulosos, pero no deja por ello de ser una danza muy elegante. En las ocasiones extraordinarias en que los reyes salían del palacio iban acompañados por una gran procesión que se movía majestuosamente al son de una música marcial. Esta era interpretada por instrumentos de viento y percusión, es decir, instrumentos que son fáciles de tocar mientras se marcha. La música de procesión real más conocida es “Daechwita”, en la que se tocan gongs, tambores, trompas y cuernos. 

“Daechwita” - Puri

Contenidos recomendados

Close

Nuestra página web usa cookies y otras tecnologías de recopilación de datos para optimizar los servicios. Se sobreeentiende que, al mantener el acceso, el usuario da su consentimiento tanto a nuestra Política de privacidad, como al uso de esas tecnologías. Ver más >