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Cultura

Historias de bandidos y artistas

2019-08-28


En el siglo VIII, durante el período de Silla Unificada, existió un monje budista llamado Yeongjae. Era muy ingenioso y tenía un gran talento para componer poemas. Cuando se hizo mayor, se internó en la montaña para vivir recluido como un ermitaño. Cuando se dirigía a su ermita, fue interceptado por sesenta salteadores de caminos, quienes lo reconocieron y le ordenaron que compusiera una canción. El monje Yeongjae les cantó allí mismo lo siguiente: “No se puede ver el corazón humano, / por eso me voy a vivir a la montaña. / ¿Cómo no sorprenderme de que prefiráis quedaros en este mundo? / Bajad las armas y oíd la ley de Buda. / Veréis las pocas obras de bien que habéis hecho”. Los ladrones se conmovieron tanto con la canción que quisieron pagarle con sedas, pero el monje rechazó el regalo diciendo que la riqueza material era el mejor atajo para el infierno. La entereza del monje convirtió a los ladrones al budismo, de modo que abandonaron las armas y siguieron al monje al monte Jirisan a llevar una vida de templanza y frugalidad. 

“La montaña Sangnyeongsan” – Arreglos de Park Kyung Hun (haegeum, gayageum y cítara)  


Existe una historia similar del período Joseon, en la que los involucrados son Im Kkeokjeong, un bandido parecido a Robin Hood, e Yi Si, un conocido intérprete de la fluta de jade. La historia tuvo lugar durante el reinado de Myeongjong. A pesar de las continuas malas cosechas, los funcionarios de gobierno expoliaban a los campesinos. Surgió entonces una banda de bandidos a la orden de Im Kkeokjeong, que saqueaban los graneros estatales de las provincias de Gyeonggi-do y Hwanghae-do y repartían el arroz con el pueblo que pasaba hambre. Como es natural, el pueblo ayudaba a los bandidos a evadir a los funcionarios del orden público que querían atraparlos. Un día la banda de Im Kkeokjeong capturó al músico Yi Su y lo llevó al escondite que tenían en lo más profundo de las montañas. Allí estaba Im Kkeokjeong, sentado en un trono, engalanado con una corona y una túnica rojas y guardado por un montón de hombres armados. Al reconocer al músico, le pidió que tocara algo. Yi Su sacó su flauta de jade y tocó una melodía muy triste, como correspondía a la situación.   

“Sanjo de baile” - Won Jang Hyun en el daegeum


Aunque era el líder indiscutido de una poderosa banda de forajidos, Im Kkeokjeong debía saber que su vida de prófugo no iba a durar para siempre y que algún día terminaría muerto, pues se conmovió hasta las lágrimas al escuchar la triste melodía de Yi Su. Además, ordenó que el músico fuera liberado y escoltado por los bandidos hasta su destino. Los documentos oficiales describen a Im Kkeokjeong como a un criminal que robaba y mataba a inocentes sin compasión, pero eran peores los funcionarios corruptos que vivían a expensas del pueblo. Los campesinos que perdían sus tierras y hogares porque no podían pagar los impuestos pasaban a formar parte de la banda Im Kkeokjeong porque era su única manera de pelear contra la injusticia. 

“El mundo una mota de polvo y la vida una gota de rocío” - Banda de sonido de la telenovela “Im Kkeokjeong”

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