Los coreanos comemos pastel de arroz en las festividades tradicionales y en todas las ocasiones importantes, como los cumpleaños. En el Año Nuevo Lunar, tomamos una sopa con rodajas de largas barras de pastel de arroz blanco que simbolizan la salud y la longevidad. En la festividad veraniega de Dano, cuando la energía sol está en su apogeo, se suele comer surichwitteok, que es un pastel de arroz hecho a base de hierbas de artemisa y arroz glutinoso. Tienen la forma de medallones y llevan estampado un diseño semejante a una rueda que simboliza el sol. Para la festividad de la cosecha o Chuseok, se come songpyeon, que es un pastel de arroz con forma de media luna. Representa la luna creciente, aquella que se expande gradualmente hasta alcanzar la plenitud. Son pasteles que representan el deseo de que todo crezca, se complete y dé abundantes frutos. Algunos estudiosos dicen que los pasteles songpyeon tienen la forma de los granos de arroz. Es una interpretación muy plausible y, como es evidente, expresarían el deseo de tener abundancia de este grano para que nunca falta la comida. A partir de hoy comienzan cinco días feriados consecutivos por la festividad de Chuseok en Corea. Este año, debido a la pandemia de Covid 19, no habrá tantos encuentros y viajes como otros años, pero los deseos de abundancia, paz y prosperidad son los mismos de siempre. Para avivar el espíritu de Chuseok, hoy comenzamos con un “Gilgunak”, que es la música que se tocaba en los desfiles militares. 

“Gilgunak” - Puri.

Se preguntarán a qué viene escuchar una música militar cuando estamos hablando de Chuseok. En otros tiempos muchas aldeas tenían su propia banda de música, que recibían el nombre de pungmulpae. Estas bandas se encargaban de animar el ambiente cuando los campesinos trabajaban en el campo plantando los brotes de arroz en primavera o quitando la maleza en el verano. Durante las festividades tradicionales, recorrían las calles de la aldea y entraban en el interior de las casas, pues se creía que su estridente música de percusión alejaba los malos espíritus y atraía la buena fortuna. Cuando estas bandas se trasladaban de una aldea a otra solían tocar el Gilgunak, la música de las procesiones militares. No es de extrañarse, ya que eran los campesinos quienes conformaban el ejército. Por esta razón, se llamaba Gilgunak a cualquier música para animar marchas o caminatas. A continuación escucharemos un “Chugwongyeong”, que es una oración hecha canción. En el pasado, las familias solían contratar en Chuseok y otras festividades tradicionales a cantores profesionales para que rezaran a las divinidades del hogar pidiéndoles salud y buena fortuna para todos los moradores de la casa. Los cantores profesionales de las provincias norcoreanas de Hwanghae-do y Pyeongand-do convirtieron estos rezos en canciones más agradables de escuchar. 

“Chugwongyeong” - Yu Ji Sook

Los coreanos llevan a cabo ritos tradicionales en Chuseok y otras festividades en las que recuerdan y rinden homenaje a sus antepasados. Estos ritos se llaman “charye”. En los inicios eran ceremonias sencillas en las que solo ofrecían té a los antepasados, pero evolucionaron con el tiempo y tomaron la forma de una gran mesa de ofrenda con muchos platos y alimentos. Preparar estas mesas lleva mucho tiempo y esfuerzo y representa una importante carga económica para las familias. Como los hijos primogénitos eran los que asumían esta responsabilidad, nació la costumbre de que el hijo varón mayor se quedara con toda la herencia de los padres. Como sea, estas ceremonias de ofrendas eran la ocasión para que se reunieran todos los miembros de una familia, no solo los más cercanos, sino también los más distantes, y fortalecieran sus lazos. Escucharemos otro rezo convertido en canción. Mientras la disfrutan, pidamos que la pandemia se extinga pronto en el mundo y podamos reencontrarnos con nuestros amigos y seres queridos.

“Binari” - Chae Su Hyeon y Segunda Luna.