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Cultura

Cantores de buena cuna

2020-10-14


Los nobles de la dinastía Joseon pensaban que la música era una forma de  cultivar el cuerpo y la mente. En consencuencia, consideraban que la música lenta y solemne que aquieta los ánimos era la única válida; y que la música popular y el pansori que excitan los sentidos eran vulgares y propios de bufones y de gente de baja estofa. Sin embargo, a fines del siglo XVIII un hombre llamado Kwon Sam Deuk, que provenía de una poderosa familia noble, quiso ser cantor. Eso despertó la oposición acérrrima de sus parientes, que lo acusaron de deshonrar el apellido. Incluso quisieron envolverlo en una estera de paja y molerlo a golpes, que era una forma de castigo que a veces provocaba la muerte. Cuando estaban a punto de pegarle, Kwon Sam Seuk pidió que lo dejaran cantar como último deseo. Su canto fue tan triste y conmovedor que desarmó a las personas que quisieron matarlo. En lugar de eso, lo echaron de la familia y borraron su nombre del registro genealógico. Dicen que Kwon Sam Deuk es el autor de la parte del pansori “La canción de Heungbo” en que Nolbo sale en busca de la golondrina que le trajo las semillas a su hermano Heungbo para romperle la pata. 

“La canción de Heungbo” (Saliendo en busca de la golondrina) - Park Rok Ju.


Hubo otros artistas como Kwon Sam Deuk que valoraron más la música que sus propias vidas. Un ejemplo es Song Man Gap, cuya carrera se desplegó durante las primeras décadas del siglo XX, es decir, durante el período de la dominación colonial japonesa. Song Man Gap provenía de una familia de maestros cantores. Tanto su padre como su abuelo habían sido grandes intérpretes del pansori dongpyeonje, que es el estilo de canto oriental de la región de Jeolla. El iniciador de este estilo pansori fue nada menos que su tío abuelo Song Heung Rok. El estilo dongpyeonje se caracteriza por ser potente y directo. Sin embargo, Song Man Gap modificó este modo de cantar haciéndolo más suave y melodramático, diciendo que los cantores debían ser como los comerciantes de telas, que vendían lo que pedían los clientes. Eso despertó la ira de su padre, que quiso envenenarlo por arruinar la tradición artística familiar. Desterrado de la familia, Song Man Gap viajó por todo el país aprendiendo distintas técnicas de canto, lo que le permitió desarrollar su propio estilo vocal. Dicen que cantaba como nadie la parte conocida como “Gogocheonbyeon” del pansori “La canción del palacio submarino”. En esta parte se describe el asombro de la tortuga cuando llegó por primera vez a tierra firme. 

“Gogocheonbyeon” - Kim Il Ryun con el acompañamiento del gayageum


Así como Song Man Gap consoló a los coreanos que sufrían bajo la dominación japonesa con el pansori, el cantor Park Chun Jae les dio solaz y divertimento con canciones folklóricas y divertidas historias de Gyeonggi. Durante el período anterior del Imperio Daehan, Park Chunjae había sido un funcionario de bajo escalafón a cargo de organizar eventos y fiestas para entretener a la realeza. Este pasado se reflejó luego en su carrera artística, pues no solo fue un cantor y comediante muy talentoso, sino también un productor versátil que sabía adaptar sus actuaciones a los requerimientos del público. Se cuenta que era tan gracioso que bastaba que subiera al escenario y saludara a la audiencia con una reverencia para que todos se desternillaran de la risa. Hoy escucharemos “Las quejas de un perro”, que es una de las canciones más cómicas de Park Chun Jae. Trata acerca del espíritu de un perro muerto que se mete en el cuerpo de una chamana en trance y cuenta las dificultades que entraña vivir como un can.

“Las quejas de un perro” - Jeon Byung Hoon

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