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Cultura

El espíritu lúdico y las costumbres funerarias de los coreanos

2021-03-03

El espíritu lúdico y las costumbres funerarias de los coreanos

Interpretar una pieza completa de pansori lleva como mínimo tres horas y como máximo ocho horas, por lo que es necesario que el cantante posea una fortaleza física y psicológica extraordinaria. Antes de comenzar la interpretación del pansori propiamiente dicha, entonaban una canción corta que recibía el nombre de “danga”, una suerte de preludio para ensayar la voz y avisar al público que estaba por comenzar la actuación. La mayoría de los dangas hablan de bellos paisajes o sobre la naturaleza fugaz del tiempo. Hoy escucharemos en primer lugar un danga que se llama “Sacheolga”, que significa “Canción de las cuatro estaciones” y en el que se compara la vida humana con las estaciones del año. Como pueden imaginarse, habla de la brevedad de la existencia. Si se han dicho: ¿cómo es posible que sea marzo si hace poco comenzó el año nuevo?, es la canción perfecta para escuchar hoy: 

“Sacheolga” - Cho Sang Hyun


La canción “Sacheolga” que acabamos de escuchar es uno de los dangas preferidos por todos porque habla de la fugacidad de la vida. También gusta mucho el final de la canción, pues exhorta a la gente a divertirse y a disfrutar del vino y de la vida mientras se pueda. De hecho, la mayoría de los dangas terminan invitando a la gente a divertirse y disfrutar de la existencia. Los coreanos han sido siempre afectos al canto y a la danza. Al menos así describen a este pueblo los antiguos libros chinos. En ellos se dice que los coreanos son capaces de pasar varios días bebiendo y cantando, y que hasta celebran los funerales como si fueran fiestas. Antiguamente los funerales se hacían en las casas y, como el difunto era indefectiblemente pariente, vecino o amigo de alguien, su fallecimiento era un asunto que atañía al pueblo entero. La noche anterior al entierro, se reunían los portadores y daban vueltas por el patio de la casa con la carroza fúnebre sobre los hombros al mismo tiempo que cantaban y bailaban. Además de ensayar y acompasar su paso para la procesión fúnebre que se realizaría al día siguiente hasta el lugar de la sepultura, aliviaban la tristeza de los deudos proporcionándoles entretenimiento. En la isla Jindo, provincia de Jeolla del sur, esta costumbre alcanzó la dimensión de una actuación teatral. Recibe el nombre de “Jindo Dasiraegi” y fue declarado en 1985 como Patrimonio Cultural Intagible nº 81 de Corea. 

“Jindo Dasiraegi” - Kang Joon Seob 


La primera de las tres partes del Dasiraegi de Jindo que acabamos de escuchar se llama “Gwanambosal” y se entonaba cuando sacaban el féretro de la casa. Es un rezo budista en el que se invoca a Buda Maitreya para que conduzca al difunto al paraíso. La segunda canción se llama “Gasangjenori”. Es un juego que consiste en elegir a uno de los presentes del velatorio y tratarlo como si fuera uno de los deudos. La persona elegida tiene que dirigirse a uno de los auténticos deudos del difunto y tratar de hacerlo reír a cambio de un pollo frito u otro plato. La tercera canción que escuchamos se llama “Bongsanori” o “Juego del ciego”, en el que dos personajes, un hombre ciego y su mujer, hacen reír a los presentes con sus ocurrencias. Todas las partes del Dasiraegi son improvisadas y se inventan a medida que se desarrolla el funeral. Estos juegos teatrales nacieron con el fin de aliviar la tristeza de los deudos y de ayudarlos a pasar la noche despiertos velando el cuerpo del difunto. 

“Hasta que despunte el día” - Coreyah

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