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Cultura

Canciones con anécdotas

2021-03-31

Canciones con anécdotas

En el pansori “La canción de Chunhyang” hay un pasaje que se llama “Gwigokseong”, en el que se imitan las voces de los fantasmas. Encerrada en una fría y oscura celda, Chunhyang debió temblar de miedo por la lúgubre atmósfera del lugar. Las sombras se moverían ondulantes cada vez que se sacudía la llama de la vela y afuera el viento frío arrastraría las hojas secas y las lechuzas chillarían como almas en pena. Naturalmente los cantantes de pansori que interpretan este pasaje deben hacer gala de todo su arte para recrear ese ambiente tétrico. Se cuenta que a fines del período Joseon, un alto funcionario de Jinju dio un banquete y contrató al afamado cantante Song Heung Rok para que cantara ese pasaje. El banquete se celebraba de noche en una glorieta cerca del río, lejos de la población. El cantante comenzó a cantar sobre la horrible situación de Chunhyang en la celda y todos los presentes se condolieron de la muchacha. Cuando llegó a la parte en que se puso a imitar los extraños y ululantes gritos de los fantasmas, dicen que una ráfaga de viento apagó las velas y que todos los invitados que se dieron a la fuga dominados por el pánico.

“Gwigokseong” (“La canción de Chunhyang”) - Cho Sang Hyun


Uno de los bisnietos del rey Sejong fue Yi Dal, más conocido por su seudónimo literario Byeokgyesu. Además de poeta, era versado en el geomungo. Anhelaba conocer a Hwang Jin Yi, la gisaeng o cortesana más afamada de la época, pero sabía que no era fácil ganarse su corazón, así que le pidió consejo a un amigo, quien le indicó lo siguiente: “Toca el geomungo en la glorieta que está junto a la casa de Hwang Jin Yi. Cuando ella se acerque para escucharte mejor, ignórala y márchate montado en tu caballo. Intrigada, ella te seguirá, pero no te des la vuelta hasta que dejes atrás el puente”. Byeokgyesu siguió el consejo de su amigo, pero Hwang Jin Yi no actuó como estaba previsto, pues en lugar de seguir a Byeokgyesu, se quedó en la glorieta y recitó un poema que decía así: “Oh, aguas claras, no te vanaglories de tu rápido fluir. / Una vez que llegues al ancho mar, ya no podrás retornar. / La luna brillante cuelga alta sobre la montaña, mejor quédate y toma un respiro”. Era un poema en clave, pues Byeokgyesu significaba “aguas claras” y “luna brillante” era el nombre de cortesana de Hwang Jin Yi, de modo que lo que le estaba diciendo en realidad era que se quedase con ella, pues una vez que se marchara, no tendría una segunda oportunidad. Al escuchar este poema tan provocativo, Byeokyesu no pudo evitar volver la cabeza y, al hacerlo, se cayó del caballo. Entonces Hwang Jin Yi se rio de la superficialidad del noble y se metió en su casa. 

“Oh, aguas claras” - Lee Yun Jin


En el año 1637 Qing, la reciente dinastía de origen manchú establecida en China, invadió Joseon con el fin de asegurarse los tributos y obligar al reino coreano a romper relaciones con la depuesta dinastía Ming. El rey Injo de Joseon tuvo que rendirse ante los invasores en la fortaleza Namhan Sanseong y los príncipes Soheon y Bongnim fueron llevados como rehenes a China. Imagínense lo desgraciados que debieron sentirse mientras eran conducidos hacia el norte en medio del crudo invierno. Sus sentimientos se describen muy bien en los versos de un poema que se le atribuye al pequeño príncipe Bongnim: “Que alguien le transmita al rey la desgraciada situación en que estamos, empapados por la fría lluvia y azotados por los gélidos vientos boreales”. Quizás lo que quería el príncipe era que su padre hiciera más fuerte y próspero el reino para que no volviera a ocurrir otra desgracia semejante. 

“Cheongseoknyeong” - Lee Dong Gyu

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